... Y no es broma > Conrado Flores

Ataque lácteo > Conrado Flores

El increíble caso de resistencia a la autoridad protagonizado por Stephanie Robinette en Ohio (EE.UU.) es de los más originales de la historia de la humanidad. Andaba esta mujer de 30 años de edad agrediendo a su esposo después de una fiesta cuando los efectivos policiales, tras recibir una llamada de alarma, se dieron cita en el lugar del altercado. Stephanie corrió a encerrarse en su coche y tras ser instada a salir del mismo por parte de la policía, se sacó sus senos y comenzó a disparar su leche materna contra los agentes. Afortunadamente, ninguno de ellos resultó herido pero la verdad es que hay que tener mala leche.

Es de suponer que en nuestro país una trifulca como esta no pasaría de mera anécdota pero en EE.UU. pasarse un punto con la policía no es moco de pavo. De hecho, Stephanie -que se encontraba bajo los efectos del alcohol cuando fue detenida-, acabó siendo condenada por los delitos de violencia doméstica, asalto, obstrucción de asuntos oficiales, resistencia al arresto y conducta desordenada. De este modo, su ataque lácteo le costó 200 dólares, tres días de cárcel y dos años de libertad condicional. Por nuestra mentalidad española, acostumbrados a ver en libertad a los peores chorizos, es probable que esta pena nos parezca bastante desproporcionada. Pero así de paradójica es la tierra de las barras y estrellas, un lugar donde una de cada tres personas posee un arma de fuego y donde te puedes comprar una escopeta de cartuchos en un supermercado pero no puedes prestar tu aspiradora a un vecino, como ocurre en Denver (Colorado). O como Kansas City (Missouri), donde los niños no pueden comprar armas de juguete pero sí adquirir una pistola de verdad. Es la llamada América profunda, la de la doble moral, esa que va a votar de manera masiva contra Obama el próximo noviembre, esa América que se reivindica como la única América.

Pues mucho más tranquilo iría yo por la calle si en lugar de un tiro en la cabeza corriera el riesgo de ser chingado por los pechos de una exaltada como Stephanie. ¡Y eso que no bebo leche! Al fin y al cabo es lo que tienen las tetas: que tiran más que dos carretas.

conradoflores.mail@gmail.com