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‘Bumping’: el riesgo – Por Sergio García de la Cruz

Cuando realizamos una buena política de prevención de delitos, muchas veces nos encontramos con el dilema de determinar qué sería más favorable para ésta: si informar debidamente al ciudadano de las técnicas que actualmente están utilizando los delincuentes, para así lograr una protección más efectiva frente a ellas, bajo la máxima de que si sabemos cómo nos atacan sabremos cómo defendernos, o, por el contrario: no informar, para no enseñar, estimular o incitar peligrosamente a otros delincuentes. En opinión de Lombroso, en lo referente a la prensa y su influencia, lo dejaba claro al decir que era nefasta; en cambio, personalmente creo que puede ser beneficiosa siempre que la usemos de manera inteligente.

En este artículo trataré de dar a conocer una técnica muy extendida, que se usa principalmente para robar en domicilios y que, aunque para el ciudadano en general puede resultar novedosa, y me atrevo a decir también que sorprendente, no es así para los delincuentes. Es la técnica conocida como bumping.

El bumping es una técnica limpia, sencilla y rápida para abrir la gran mayoría de las cerraduras mecánicas. Basta con introducir una ‘llave maestra’, hacer saltar sus pistones con un leve golpe y girar la llave. Así que, de nada nos vale tener una puerta blindaba e incluso acorazada si no disponemos de una buena cerradura, pues no es difícil hacerse con unas llaves más cortas y con muescas más profundas. De hecho, se venden por Internet sin ninguna restricción. También se comercializan ganzúas y otros utensilios capaces de abrir cualquiera de ellas. Los robos con fuerza en los domicilios han aumentado considerablemente en España, gran parte de ellos cometidos mediante esta técnica, da igual los anclajes o los números de pistones que tenga una cerradura: se manipulan y se abre, así de fácil. Muchas organizaciones procedentes de otros países han tomado esto como su medio de vida, ya que es una forma fácil y sencilla de desvalijar un domicilio. Normalmente, los robos realizados con esta técnica se producen por la mañana y en zonas residenciales que previamente se habrán estudiado para conocer las costumbres de sus moradores y tener así la certeza de que el domicilio seleccionado, así como los del mismo rellano, están vacíos. Pero lo más problemático de esta técnica es su sencillez, ya que cualquiera puede aprenderla en minutos. A esto habría que añadirle que en su realización no se rompe nada ni quedan señales de robo, por lo que en un principio se puede pensar que ni siquiera han entrado por la puerta, sino a través de alguna ventana abierta o, incluso, que han usado una copia de la llave original, lo que nos supondrá problemas con las aseguradoras, ya que se niegan a indemnizarnos al no existir señales que evidencien el robo. Sin embargo, podemos tratar de prevenir este tipo de delitos.

Para ello, la medida más efectiva es la utilización de cerraduras electrónicas o, al menos, que tengan cilindros electrónicos. Pero, además, debemos tener especial cuidado con las personas que veamos merodeando por la zona, ya que, como he señalado anteriormente, lo habitual es que la estudien antes de cometer el robo, comunicándose entre ellos a través del teléfono o de pequeñas emisoras.

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