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¿Demagogia o realidad?, por Óscar Herrrera

Con telarañas en los bolsillos. Así estamos muchos en este país y eso trasladado al deporte, no iba a ser menos. Contaba esta semana el presidente del CD Tenerife, que están siendo desde la entidad, demasiado comprensivos con el Gobierno de Canarias. El club mantiene unas expectativas de incertidumbre sobre el futuro económico. Y me refiero al futuro próximo; el denominado medio plazo, es como siempre la soga que aprieta el cuello de los dirigentes blanquiazules. Decía Miguel Concepción en rueda de prensa, que la situación se puede poner fea si no hay ingresos en breve. Y el pago de las cantidades pendientes desde el ejecutivo regional no llega. Se prometió que entre Septiembre y Octubre, se procedería al ingreso de dichas cantidades, que son de la pasada temporada. Pero, avisaba Concepción, que se está llegando al límite de la comprensión en este sentido. Y no lo decía como una amenaza, porque, al tiempo, reconocía el dirigente palmero, que es sabedor de cómo está la economía de las familias, de las empresas, y por ende de todas las administraciones públicas. No hay ni un euro, y por eso Concepción habla, pero es prudente y comedido en sus manifestaciones. Ahora mismo, para el gobierno de Canarias, el Tenerife no es una prioridad.

Los presupuestos están liquidados y existen temas de máxima preocupación desde el ámbito sanitario, social y educativo. Y eso no es demagogia, es la cruda realidad. Pero ¿somos los seguidores del CD Tenerife conscientes de verdad de todo ello? Puede que no totalmente.

Por todo ello hay que ser conscientes del equilibrismo financiero del club en estos momentos. Sin ingresos el futuro es muy preocupante, pero de momento el club responde. Ya se ha procedido al abono de las nóminas de Septiembre con la plantilla, y se está al día en los pagos. Y eso es meritorio y hasta cierto punto, sorprendente, dada la situación desde luego.

De todos modos, con la que está cayendo, el Tenerife debe seguir intentando sobrevivir, como intentan por ejemplo las farmacias de nuestra comunidad; esas sí que lo están pasando mal, y ahí es donde de verdad hay que preocuparse.