TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Ya suman una centena, aproximadamente, la cuantía de las denuncias presentadas en Canarias por niños robados, esa supuesta trama de tráfico de bebés descubierta estos años por toda España y que se prolonga durante al menos cinco décadas del siglo XX, según desvela la abogada tinerfeña Natalia Domínguez; sin duda, referente provincial sobre el caso dada su actividad profesional al respecto.

Además, y a diferencia de otros puntos de España donde las asociaciones de afectados protestan contra lo que entienden archivo sistemático de las demandas, las fiscalías canarias siguen con la investigación de los hechos, que en esta provincia ya incluye la toma de declaración a, por ejemplo, varios médicos, tal y como confirma la referida letrada.

Sobre la cantidad de denuncias, la cifra se actualiza (la anterior era de 75), ya que a las más de 60 que presentó en su día Anadir (Asociación Nacional de Afectados por las Adopciones Irregulares) -repartidas unas cuarenta en esta provincia y más de una veintena en la oriental-, hay que añadir las 25 que lleva la citada abogada tinerfeña y una decena larga que tramitan otros letrados o asociaciones como SOS Niños Robados y la Plataforma de Afectados por la Causa de los Niños Robados.

En principio, Domínguez no tiene constancia de que las fiscalías canarias hayan procedido al archivo de alguna denuncia. “Desconozco si en algún caso se ha dado, aunque es verdad que, dada la fase en que se encuentra el asunto, hay que dar tiempo a que los fiscales hagan su trabajo en historias complejas como estas”. Además, los testimonios recopilados en las denuncias tinerfeñas permiten a la abogada distinguir dos modus operandi básicos: “Por un lado, tenemos relatos de las desapariciones que habrían tenido lugar directamente en los hospitales; por otro, los que pasaban por la Casa Cuna y su famoso torno, donde incluso cabría la posibilidad de hacer encargos específicos, etcétera”.

En cuanto a la motivación, Natalia Domínguez recuerda: “En principio, cuando la posguerra e incluso en los años cincuenta, hay un componente político, ideológico y religioso nada desdeñable. Por eso, la avalancha de niños robados se produce en los años cuarenta. Sin embargo, el interés económico, que con el tiempo se vuelve claramente protagonista, es obvio que siempre estuvo presente.

Al final, todo queda resumido en lo que entendemos que no es más que una actividad criminal para lucrarse”.

[apunte]

La Casa Cuna y…

Si bien es sabida la implicación de la santacrucera Casa Cuna, que incluye hasta casos tan ilustrativos como los deducidos del testimonio de Liboria, una niña entregada con 8 años que ha logrado encontrar a su familia, este orfanato no es el único foco en el que se localizan las denuncias. La abogada tinerfeña Natalia Domínguez, que lleva más de veinte casos, explica que “hospitales públicos también figuran en la lista, con especial incidencia en los años sesenta”. “Ojo, tanto en denuncias presentadas en la provincia tinerfeña como en la de Las Palmas. Con el paso del tiempo ya comienzan a surgir el nombre de las clínicas privadas”. Sobre los motivos que han llevado a Domínguez a especializarse en este asunto, reconoce que fue “por casualidad”. “Empecé con un caso de la Casa Cuna y hasta ahora”. Eso sí, aclara que actúa a título estrictamente profesional y de forma individual. “Aunque lógicamente colaboro con la plataforma, con SOS, con Anadir… La puerta de mi despacho esta abierta”.

[/apunte]