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El día que la plantilla dijo basta

CD TENERIFE-ENCIERRO 1984
Portadas y páginas de DIARIO DE AVISOS que informaban de aquel encierro. / da

MARTÍN-TRAVIESO | Santa Cruz de Tenerife

La apertura de expedientes disciplinarios a Rubén Cano, Paco y Lasaosa fue la gota de colmó el vaso. Unas declaraciones de los jugadores, en las que denunciaron una serie de irregularidades de tipo laboral, entre ellas impago de salarios e incumplimiento de contrato, fue el detonante para que el presidente, José López, decidiera expedientarlos. Hartos de dichas situaciones, la plantilla decidió el 27 de septiembre de 1984 encerrarse en el vestuario del Heliodoro, que se convirtió en su casa 15 días. De aquello se cumplen hoy 28 años. Fue el día en el que la plantilla decidió rebelarse.

Aguirreoa, Toño, José Ramón, Voro, Mini, Ordoki, Amaral, Lasaosa, Milardovic y Quico formaban el típico once inicial de aquella misma temporada. Un equipo que también incluía a Chalo, Cano, Manolo, Luis, Celestino, Andrés, José Antonio, Cundo, Santi, Noly, Abad, Camus, Eizmendi y el actual director deportivo, Quique Medina. Solo los yugoslavos Milardovic y Milenkovic decidieron no secundar la huelga, recuerda uno de los protagonistas de la historia, Agustín Lasaosa: “Yo acababa de llegar de la Península. Yo estaba muy bien pagado, aunque también tenía problemas para cobrar, pero decidí apoyar a mis compañeros tinerfeños, a los que no les pagaban y les debían primas y sueldos del año anterior. Tuvimos un montón de repercusión y fuimos noticia en las radios y periódicos nacionales. Lo solucionamos gracias a la intervención de Gerardo González Movilla, que ya por ese entonces era un miembro destacado de la AFE. Hicimos mucho ruido y conseguimos tener un gran impacto social en toda España”, recuerda el que hoy en día es consejero delegado de la SD Huesca.

Los futbolistas encerrados exigían la dimisión del presidente, que como recuerda Lasaosa, carecía del más mínimo apoyo institucional. “En aquel tiempo no teníamos ni Seguridad Social ni ninguna de las ventajas que existen hoy en día. Luchábamos por todo eso y jugábamos para comer, no como ahora, que los jugadores tienen fichas millonarias”, explica el mítico exjugador blanquiazul, que guarda muchas anécdotas de aquel medio mes de encierro. “Jugamos un partido contra el Cartagena y empatamos, sin ni siquiera entrenar. Cuando llegamos fuimos recibidos como héroes en el Heliodoro. Dragoljub Milosevic, el entrenador, nos traía una tarta por las mañana, para que desayunásemos antes de entrenar. La gente se portó muy bien con nosotros. Los camareros de los restaurantes nos traían comida. Ahora seguro que no pasaría nada de eso”, afirma Lasaosa, uno de los protagonista del día que la plantilla dijo basta a los abusos.