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En marcha la segunda fase del parque marítimo portuense

PARQUE MARITIMO - PUERTO DE LA CRUZ
Esta importante zona marítima está vinculada a la futura construcción del puerto deportivo. / MOISÉS PÉREZ

LUIS F. FEBLES | Puerto de la Cruz

El grupo de gobierno (CC-PP) en el Ayuntamiento de Puerto de la Cruz trabaja ya en la elaboración del documento que permitirá terminar la segunda fase de la urbanización del parque marítimo que contempla la repavimentación de las calles.

La idea del Ejecutivo municipal es que para dentro de dos meses esté redactada esa última fase y se pueda proceder a la licitación de las obras. Se trata de un proyecto que data de 1998 y cuyas actuaciones se fijaron desde la trasera de la calle Mequinez hasta la plaza Benito Pérez Galdós, más conocida como la placeta.

El concejal de Urbanismo del consistorio portuense, Sebastián Ledesma, entiende que la conclusión de estas obras serán fundamentales para la ciudad. “Es una zona primordial y el equipo de gobierno quiere cuanto antes poner en marcha unos trabajos que están siendo estudiados y analizados por un arquitecto; el saneamiento de este tramo estaba ya aprobado”. Cabe recordar que la etapa principal de este plan consistió en la ejecución de la vía de servicio de la zona Sur y los accesos al futuro recinto, desde la plaza de El Peñón. Además, en el año 1998, el Cabildo de Tenerife adjudicó, por un importe de 214 millones de las antiguas pesetas, las obras correspondientes a la primera fase.

Para la segunda etapa de actuación, se prevé la mejora del tramo situado entre La Placeta del barrio de La Ranilla y la plaza de El Peñón.

En un plazo aproximado de dos meses, el Ayuntamiento espera sacar a licitación “esta franja de tierra ganada al mar”.

El letargo de un proyecto eterno

Muchas han sido las voces que claman una solución inmediata a un “terreno ganado al mar”. La crítica también ha estado centrada en el abandono y el mal estado de los terrenos destinados a la futura segunda fase del proyecto. Hasta el momento, la idea de dar forma a esta zona de la ciudad quedaba aparcada en las administraciones municipales e insulares. Frente al letargo de un proyecto eterno y a las esperanzas en balde de muchos responsables políticos locales, se presenta ahora la oportunidad de poner punto y final a un plan de actuación que lleva más de diez años paralizado.