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El gafe – Por Ignacio González Santiago

Definitivamente Rajoy es gafe. Y no lo digo gratuitamente sino con pruebas. Ganó por fin las elecciones a la tercera y se le hunde el país que tuvo que ser rescatado y tendrá que serlo si nadie lo remedia otra vez. Propone en la campaña electoral no subir los impuestos pero la Unión Europea le obliga a hacerlo. Nombra a su amigo Rato presidente de Caja Madrid, quiebra Bankia y tiene que despedir a su amigo. Apoya al PSOE vasco para que no gobiernen los nacionalistas y el Lendakari López tiene que convocar elecciones anticipadas que ganarán los nacionalistas por goleada y perderán el PSOE y el PP. Apoya a CIU y Mas saca a la calle a un millón de personas y pide la separación de Cataluña de España. Nombra un Ministro canario y se monta una verdadera batalla campal por la autorización sin consenso con las instituciones canarias de las prospecciones de petróleo en aguas cercanas a Canarias a Repsol. La lista de desaguisados involuntarios y casos de auténtica mala suerte es interminable. Sin embargo, Rajoy, al que conozco desde hace muchos años, es una persona muy razonable, de buen talante y un extraordinario sentido común, pero hasta ahora desgraciada y sorprendentemente, y aunque parezca una contradicción, por la ideología del PP, no le ha salido una a derechas. También es verdad que cuando vienen mal, vienen mal y que a todos nos ha pasado que entramos de repente y sin explicación en rachas de mala suerte en las que por ejemplo todos los electrodomésticos se rompen a la vez e igualmente es cierto que cuando pasa, después nos sale todo bien. Así es que mi tesis es que muy pronto pasará la larga mala racha de verdadero gafe de Rajoy, porque no hay mal que cien años dure, ni cuerpo electoral que lo resista, y comenzarán a salirle todas las cosas bien. Y es que necesitamos que cambie la dichosa rachita de Rajoy y en lo concerniente a Canarias, que es lo más que nos importa, que España entienda de una vez que debe hacer un mayor esfuerzo para ayudarnos a salir cuanto antes de la crisis, que es mucho más profunda aquí que en el resto de las comunidades autónomas y amenaza con un estallido social que sería incluso más justificado y brusco que el que se ha producido recientemente en Cataluña. Porque la economía del Archipiélago, que se ha basado fundamental y tradicionalmente en los últimos cincuenta años en el turismo y la construcción debe reinventarse con la puesta en marcha de un nuevo sector productivo como el energético, renovable y fósil, que sustituya a la construcción que ya nunca volverá a ser lo que fue después de la crisis. Y para eso al igual que otras zonas deprimidas que han perdido su industria principal, como los astilleros en el Pais Vasco o las minas de carbón en León, que reciben ayudas masivas para su reindustrialización hacia otras actividades productivas y la recolocación de su mano de obra.

* Presidente Federal del Centro Canario Nacionalista, CCN, y Diputado en el Parlamento de Canarias | @ignaciogonsan