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Gallegos (Barlovento) se queda por primera vez sin escuela, por falta de alumnos

D. S. | Barlovento

El cierre de las escuelas unitarias representa, muchas veces, el principio del fin de los núcleos rurales, que ven como la marcha de los jóvenes a la urbe y el consiguiente envejecimiento de la población, dejan sin aliento a estos pagos, ya de por sí castigados por la lejanía y una economía cada vez más dependiente.

Tristemente este puede ser el destino de Gallegos, en Barlovento, que este año ha cerrado la escuela unitaria, según ha confirmado Edgar Vidal, coordinador del Colectivo de Escuelas Rurales (CER) Barlovento-Los Sauces. Vidal lamentó el cierre de un centro que ha contado con “una trayectoria muy buena y que pervive en la memoria como un referente para maestros y alumnos que pasaron por allí”.

En este caso no ha sido la Administración educativa la que ha intervenido para cerrarlo, ni la política de recortes. Todo lo contrario, existía, según confirma el coordinador del CER, la voluntad explícita de salvar esta escuela rural. Incluso, desde el propio Ayuntamiento se estudiaron fórmulas para incrementar el número de alumnos.

Con la previsión de cuatro escolares, nada más, estaban dispuestos a realizar el curso escolar. Pero estos cálculos se desinflaron todavía más hasta quedar en dos, cuyos padres decidieron finalmente matricularlos en el colegio del pueblo de Barlovento.

Sin alumnos, ya nada le cabía hacer a la Administración para salvar la escuela que, sin duda, ha sido el alma de un barrio en el que viven algo más de dos centenares de personas. Ya desde finales de verano, cuando comenzaron a surgir rumores de que la escuela podía cerrar, en distintos foros se advertía del riesgo que iba a suponer para el barrio que desapareciera la escuela, tal y como ha ocurrido finalmente.

Lo cierto es que, al menos que recuerden los mayores del barrio barloventero, que marca el límite con Garafía, es la primera vez que Gallegos se queda sin escuela, al menos en este siglo y en el pasado. La marcha de la población joven, la mejora del transporte y las comunicaciones, la tendencia en materia educativa a concentrar en grandes centros a la población escolar han sido elementos que han ido haciendo un daño irreparable al modelo de las escuelas unitarias que en la isla de La Palma es vital para conservar su modelos social y territorial.