retiro lo escrito > Alfonso González Jerez

Los manolos > Alfonso González Jerez

El PSOE de Tenerife va a calzarse unos manolos. No es un capricho. Se trata de impedir que el PSOE tinerfeño, en los próximos tres angustiosos años, ande con los pies alígeros de Javier Abreu, el hombre que ha conseguido que el socialismo lagunero, a través de una combinación de tacticismo misérrimo y purgas draconianas, se convirtiese en una disciplinada coral que solo sabe cantar su dulce nombre. Abreu es un aparatista, el aparatista por excelencia del socialismo terruñero, el aparatista, en suma, que mantiene el aparato estropeado para arreglarlo medianamente cada par de años y todo el mundo se pasme de su diabólica habilidad relojera. La condición básica de un buen aparatista es carecer de cualquiera idea -las ideas solo molestan y desvían del objetivo de la permanencia indefinida- y por eso Javier Abreu se ha presentado a la Secretaría General con tres recursos: un bote de fijapelo, una vaga alusión a la necesidad de infraestructuras y obras públicas para el próspero desarrollo de la Isla y un blog que parece escrito por su peor enemigo, es decir, por él mismo.

El problema de los manolos es que son tres. Andar a tres patas es más incómodo que andar a dos, aunque evita el mecanismo de tracción más cómodo para los interesados, que sería andar a cuatro. Manuel Fumero, Manuel González y Manuel Correa. Un PSOE de Tenerife que camine a tres patas tiene muchas posibilidades de dar con sus huesos en el suelo, si bien es cierto es que más abajo no pueden caer. Para colmo de la torpeza, Manuel González, auspiciado por el vicesecretario general del PSC-PSOE, Francisco Hernández Spínola, se asustó mucho cuando el alcalde de Adeje, José Miguel Rodríguez Fraga, convenció a Fumero, su homólogo en Vilaflor, para que diera el paso. Se asustó tanto, en fin, que le ofreció casi de inmediato la Secretaría General, mientras el se quedaba la Secretaría de Organización y Manuel Correa se conformaba con una vicesecretaria. Así han jibarizado al PSOE de Tenerife sus máximos responsables y sus cargos públicos: a un cambio de cromos entre alcaldes, exalcaldes y exconcejales para repartirse la penúltima miseria político-electoral que todavía se puede succionar de las siglas. ¿Proyecto político? Ninguno. ¿Renovación de la organización? Ese chiste ya no provoca la risa de nadie. Solo la postrera apuesta de unos agotados y temerosos trileros.

@AlfonsoGonzlezJ