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Obama ordena reforzar la seguridad en las embajadas de EEUU de todo el mundo

EUROPA PRESS | Washington

El presidente estadounidense, Barack Obama, ha condenado este miércoles el ataque en el que murió este martes en Benghazi, en el este de Libia, el embajador norteamericano en Trípoli, Christopher Stevens, y otros tres miembros de la legación diplomática.

Asimismo, ha ordenado que se destinen todos los recursos necesarios para la seguridad del personal estadounidense en Libia y que se incremente la seguridad en las embajadas de Estados Unidos en todo el mundo.

Obama ha dejado igualmente claro que Estados Unidos rechaza que se denigren las creencias religiosas pero se opone a la “violencia sin sentido” que se ha cobrado la vida de los cuatro norteamericanos.

“He ordenado a mi administración de destinar todos los recursos necesarios a apoyar la seguridad de nuestro personal en Libia e incrementar la seguridad de nuestros puestos diplomáticos en todo el globo”, ha señalado Obama en un comunicado.

“Si bien Estados Unidos rechaza los esfuerzos para denigrar las creencias religiosas de otros, debemos oponernos de forma inequívoca al tipo de violencia sin sentido que se cobró la vida de estos funcionarios públicos”, ha remachado.

Partidarios de Gadafi

El viceministro del Interior libio, Wani al Sharif, ha acusado este miércoles a partidarios del derrocado dirigente libio Muamar Gadafi de perpetrar el ataque en el que murió ayer el embajador estadounidense.

En rueda de prensa en Benghazi, Al Sharif ha precisado que los asaltantes emplearon granadas propulsadas por cohetes. “Había RPG (…) lo que demuestra que había fuerzas que estaban explotando (esta situación). Son remanentes del antiguo régimen”, ha señalado en rueda de prensa retransmitida por Al Yazira.

El responsable ha sugerido que los asaltantes podrían haber actuado en venganza por la extradición desde Mauritania este mes del exjefe de Inteligencia de Gadafi Abdulá al Senussi.

Poco antes, el viceprimer ministro libio, Mustafa Abu Shagour, ha confirmado que el embajador estadounidense en Libia, Christopher Stevens, murió en un ataque en la ciudad de Benghazi y ha condenado lo ocurrido.

“Condeno el acto cobarde de atacar el Consulado estadounidense y el asesinato del señor Stevens y otros diplomáticos”, ha señalado Abu Shagur a través de su cuenta de Twitter.

Ataque con cohetes

El embajador de Estados Unidos en Libia y otros tres miembros del personal de la Embajada estadounidense murieron en el ataque con cohetes ocurrido anoche contra su vehículo en la ciudad de Benghazi, en el este del país, según ha informado este miércoles un responsable libio.

“El embajador en Libia y otros tres miembros del personal murieron por los disparos de cohetes efectuados por hombres armados contra ellos”, declaró el responsable a Reuters desde Benghazi.

Según el responsable libio, el embajador estadounidense se dirigía a un lugar más seguro después de que manifestantes atacaran el Consulado norteamericano en Benghazi y abrieran fuego, matando a un miembro del personal, en protesta por una película norteamericana que consideraban blasfema con el profeta Mahoma.

El responsable ha precisado que el embajador y otros tres miembros del personal murieron cuando hombres armados dispararon cohetes contra su coche. Según esta fuente, la Embajada estadounidense ha enviado un avión militar para transportar los cuerpos a Trípoli para repatriarlos a Estados Unidos.

Hombres armados asaltaron el Consulado en Benghazi anoche, enfrentándose con las fuerzas de seguridad libias, que se retiraron ante los intensos disparos. Los asaltantes dispararon contra los edificios mientras otros lanzaron bombas de fabricación casera contra el recinto, provocando pequeñas explosiones. Además hubo varios incendios.

Esta mañana, el recinto permanecía vacío y los viandantes podían entrar sin problemas en el interior. En uno de los edificios todavía había llamas y un pequeño grupo de hombres estaba tratando de apagar el fuego, bajo la mirada de tres efectivos de seguridad. Un reportero de Reuters ha podido ver restos de sangre delante de uno de los edificios, así como tres coches quemados.