VICENTE PÉREZ | Garachico

No tiene aún iluminación eléctrica y solo abre al público en horario diurno, pero el nuevo puerto deportivo de Garachico se ha convertido este verano en un lugar donde pasear junto al mar y disfrutar del magnífico panorama del acantilado de La Culata, espacio natural protegido a cuyos pies se asienta esta nueva infraestructura. El nuevo refugio marítimo, cuya titularidad y gestión corresponde al Gobierno canario y que fue inaugurado en mayo pasado, da ya cobijo a medio centenar de embarcaciones, de las 200 que podrá albergar, tanto de recreo como pesqueras.

Llama la atención de la flamante obra su dique de abrigo, de 630 metros de longitud, diseñado para soportar los fuertes embates del oleaje, con varios niveles por donde se puede pasear, como ya han podido comprobar miles de personas. A la tranquilidad del lugar y su belleza se une la comodidad que supone la existencia de una amplia zona de aparcamientos (aún sin asfaltar), junto a la plataforma portuaria. Desde el dique pueden verse además el Roque de Garachico, el falso túnel de Las Aguas -como una alargada serpiente pegada a los acantilados- y la ermita de San Roque, el patrón del municipio.

Los fines de semana aumenta la afluencia de caminantes y curiosos, que suelen darle vueltas a una pregunta: ¿Partirá algún día desde este puerto una ruta marítima regular de pasajeros y mercancías con La Palma? Hay quien está convencido de que tarde o temprano eso ocurrirá, al ser el recorrido más corto. Es un pensamiento inevitable, pues la Isla Bonita es desde allí una omnipresente silueta en el horizonte, deparando ocasos inolvidables.