eduardo doménech > rector de la universidad de la laguna (ULL)

“Si hay más recortes se pondrá en peligro la sostenibilidad de la universidad”

JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife

EDUARDO DOMENECH-ULL
"Estamos buscando mecenas y nuevas vías de financiación, pero no es nada fácil", afirma Doménech. / J.G.

Licenciado en Medicina por la Universidad de Valencia, Eduardo Doménech Martínez se especializó en Pediatría en la Universidad de La Laguna (ULL), donde comenzó a ejercer como profesor antes de ser nombrado catedrático de la especialidad. En 2004 fue nombrado decano de la Facultad de Medicina y desde 2007 ejerce como rector de la institución académica lagunera. Galardonado con numerosos premios de investigación y autor de más de 200 trabajos, Doménech afronta la que posiblemente sea la etapa más complicada de la historia reciente de la ULL. No en vano, tras cuatro años de ajustes y drástica reducción presupuestaria, Doménech afirma en esta entrevista con el DIARIO que la institución correrá “serio peligro” si continúan los recortes.

-El inicio del curso universitario vino marcado por las críticas en La Laguna y el incidente provocado por algunos alumnos en Las Palmas. Ambos se enmarcan en el contexto de tensión y crisis que padece nuestro país. ¿La situación es realmente tan grave como la pintó usted mismo en su discurso de apertura?

“Estamos en una situación donde hay que hacer ajustes, y el sector educativo y la universidad no pueden ser ajenos a lo que ocurre en nuestro entorno. Sin embargo, no creo que haya que cargar las tintas sobre el mal funcionamiento de lo público, porque el problema es que han caído mucho los ingresos. Por eso no hay dinero para servicios básicos esenciales. En segundo lugar, la Comunidad Europea ha recomendado a los estados que, dentro de las medidas de ajuste que impongan, deben preservar la inversión educativa, porque uno de los factores que pueden contribuir a que mejore la situación económica a medio plazo es que aumentemos lo que se denomina la economía del conocimiento. Por ejemplo, aquí en Canarias eso contribuiría a que no fuéramos tan dependientes del turismo o la construcción”.

-¿Puede la universidad generar empleo en la actual coyuntura?

“Sin duda. Formar a nuestros estudiantes para que aporten su conocimiento es un valor añadido para cualquier empresa que los pueda contratar. También estamos trabajando con el Cabildo en la creación de centros y parques tecnológicos, que facilitarán que empresas de dentro y fuera de Canarias puedan establecerse aquí. Y, de igual modo, intentamos promover y favorecer la emprendeduría de nuestros alumnos, como se hace en el resto del mundo. De ahí que cualquier recorte en la universidad, que vaya más allá de lo que estamos soportando actualmente, nos puede conducir a que no cumplamos con calidad las misiones que tenemos encomendadas. Este es mi punto de vista, que coincide con el de muchos rectores españoles y también con lo que pretende la Comisión Europea”.

-Pero si a los recortes que han emprendido la Administración central le sumamos incumplimientos como el del contrato programa del Ejecutivo regional, será mucho más complicado lograr esas metas, ¿no cree?

“El contrato programa no se cumplió, por eso lo denunciamos al Tribunal Superior de Justicia de Canarias. Sabemos las dificultades por las que atraviesa el Gobierno, pero todas las universidades tienen este tipo de financiación básica, que cubre aspectos fundamentales. También hemos propuesto que el nuevo contrato-programa sea por objetivos, y que nos otorguen la financiación según los vayamos cumpliendo. Ello nos obligaría a mejorar, como ocurrió con el anterior contrato, que hizo que nos pusiéramos las pilas en temas como la divulgación científica o la prestación de servicios”.

-Entiendo, en cualquier caso, que llegarán hasta el final reclamando lo que les corresponde…

“Sí. Esperaremos al fallo del Tribunal y, si nos dan la razón, negociaremos con el Gobierno la forma de pago. Y si no, nos quedaremos sin el dinero”.

-Teniendo en cuenta que llega menos dinero de las administraciones, ¿no sería el momento de buscar e impulsar nuevas alternativas de financiación?

“Lo estamos intentando, pero los posibles mecenas son empresarios e instituciones públicas que están pasando por una situación muy delicada. Aun así, estamos haciendo acciones puntuales, como la adquisición de un robot para las prácticas en Ciencias de la Salud, que mejorará el aprendizaje de los alumnos. También estamos pendientes de que el Estado modifique la Ley de Mecenazgo, porque hemos pedido que se incorpore la I+D, pero el Gobierno ha paralizado todo el proceso porque cree que esa modificación supondría un aumento del gasto”.

-La Universidad de La Laguna ha tenido que ajustar mucho su presupuesto debido a los recortes, y uno de los aspectos más perjudicados ha sido el Plan de Infraestructuras. ¿Cuáles de esos proyectos y obras se verán más afectadas?

“En este momento sólo hay dos obras en marcha, que son las primeras afectadas. Una de ellas es la nueva facultad de Bellas Artes, de la que sólo podremos consolidar y terminar la estructura. Pero no se podrá poner en marcha a medio plazo. La otra es la segunda fase de Informática, en la que estamos terminando las aulas de Ingeniería Civil e Industrial. Quedarían pendientes, por tanto, los despachos del profesorado y de administración. Si logramos dotación para el año que viene, intentaríamos continuar con la obra de Bellas Artes, para que se pudieran iniciar las clases en 2014. Lo que no podremos iniciar son proyectos nuevos, como el nuevo Aulario de Guajara; ni la nueva Facultad de Educación, que es una demanda que viene desde hace más de una década”.

-A pesar de los ajustes, del aumento de las tasas y de la disminución del número de becas, las cifras de nuevas matrículas en la ULL han crecido, ¿no?

“Es verdad. Todavía no se ha cerrado la matrícula de forma definitiva, pero comparando los datos con los del año pasado, hay un ligero aumento de primeras matrículas. Sí puede haber una disminución de alumnos en materias de títulos no adaptados, segundas y terceras matrículas. Se trata de gente que había vuelto a la universidad para terminar su carrera, pero ahora se ha encontrado con la dificultad del aumento de las tasas académicas, por lo que muchos se han vuelto a ir”.

EDUARDO DOMENECH-ULL
"La universidad de La Orotava no está haciendo las cosas conforme a la ley". / JAVIER GANIVET

-En este contexto tan difícil, ¿qué le parece la apuesta de la universidad privada que se ha instalado en La Orotava?

“El Parlamento de Canarias aprobó una ley y, como demócrata que soy, me parece bien que se hagan las cosas conforme a la ley. Lo que sí he criticado y criticaré es que se esté modificando lo que se aprobó, porque ni se ha construido el edificio previsto, ni se están ofertando las titulaciones que se iban a ofertar. En cualquier caso, creo que estamos en una situación tan complicada que la apuesta será difícil también para ellos, y no sé cómo va a salir”.

-Pero usted ha dicho en varias ocasiones que la universidad privada podría provocar una “segregación” de la comunidad universitaria…

“Lo que quería decir es que los dos últimos equipos ministeriales incidieron en la necesidad de fusionar campus universitarios, en lugar de crear más universidades y titulaciones. Por eso, creo que no es el momento de ir en contra de esas aseveraciones, realizadas por numerosos expertos”.

-Precisamente bajo esa premisa de unificar universidades se desarrolló el Campus de Excelencia, al que también han afectado los recortes…

“Hay campus que están mucho peor que el nuestro, porque recibieron la calificación de excelencia y sin embargo no recibieron dinero. Nosotros recibimos una cantidad que tendremos que devolver, aunque en cómodos plazos. Esa financiación nos ha permitido hacer cosas que otras universidades no han podido hacer. Además, ahora hemos sido seleccionados por la Obra Social de La Caixa para ver la repercusión que tienen estos campus en nuestro entorno. Es una buena noticia para las dos universidades canarias, y nosotros tendremos que hacer valer nuestros ámbitos de excelencia, como la biomedicina, la cooperación al desarrollo, la astrofísica o la sostenibilidad”.

-Después de lo ocurrido hace unos meses con el tema del distrito único, ¿en qué punto se están ahora las relaciones con la Universidad de Las Palmas?

“Las circunstancias hacen que apostemos por la coordinación. Por eso le pedimos a la Consejería que pusiera en marcha una comisión que analice los títulos que hay en Canarias. Ya se ha elaborado un reglamento y se han nombrado a los representantes de esta comisión, que en breve empezarán a trabajar. Nos tenemos que poner de acuerdo para que nuestras ofertas sean complementarias, para intentar conseguir más calificaciones de excelencia, que es la manera de obtener más financiación. Por tanto, y apelando al tópico, la unión hace la fuerza”.

-Desde determinados sectores estudiantiles se le ha criticado que continúe en el cargo, aunque usted mismo dijo que su intención no era perpetuarse en él. ¿Cómo se lo plantea en estos momentos?

“Los tiempos que me han tocado en este mandato no son los que me hubieran gustado, pero las cosas vienen como vienen. Y creo que hubiera sido un acto de cobardía ante los miembros que me eligieron, que en estos momentos tan críticos yo cogiera el camino de mi casa. Siempre me he enfrentado a los problemas y lo pienso seguir haciendo; y espero tener el apoyo de la mayor parte de la comunidad universitaria, porque es el momento de estar todos juntos y minimizar el impacto que las decisiones políticas o económicas pudieran tener sobre la universidad”.

-Una vez iniciado el curso, y viendo que al final no hubo tantos problemas cómo se preveían, ¿cómo cree que transcurrirá el nuevo ejercicio?

“Estamos en un momento de incertidumbre en todo el país. Todos los días está encima de la mesa el tema del rescate. Si finalmente se produce, Europa impondrá unas condiciones que provocarán nuevos ajustes en todos los ámbitos. Por tanto, tengo miedo de que haya más recortes en la universidad, que pongan en peligro su sostenibilidad. Aunque soy optimista, me temo que será un otoño caliente y un curso 2012/2013 con muchas dificultades”.