MUERTE DE DOS NIÑOS EN SANTA CRUZ DE TENERIFE (NOVIEMBRE DE 2011) >

Sonia y Ponce son conscientes de su crimen y no sufren trastornos

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

PARRICIDIO VISTABELLA 2011
Pequeño altar en la puerta de la casa en la que se produjo el crimen. / J. G.

Los parricidas confesos de Vistabella, Sonia y Ponce El curandero, no sufren trastornos mentales o patologías de gravedad y son conscientes de sus actos, así como de la gravedad de los mismos, al causar la muerte de los pequeños Tindaya (de 11 años de edad y fruto de una relación anterior de Sonia) y Joseba (5 años e hijo de la pareja).

Tales conclusiones se recogen en el exhaustivo informe judicial realizado por dos psicológicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Santa Cruz de Tenerife, a cuyo contenido ha tenido acceso DIARIO DE AVISOS y que obedece a la orden dictada a tal fin por el Juzgado de Instrucción número 1 de la capital tinerfeña, que investiga lo acaecido en diciembre pasado en la calle Primero Armenia del referido barrio capitalino.

Frialdad

Además de no sufrir trastorno mental o patología grave, los especialistas destacan de Sonia P.B. (tenía 40 años cuando se produjeron los hechos) su frialdad emocional, al punto que ni tan siquiera se emociona con el recuerdo de lo acaecido, mostrándose imperturbable cuando relata de nuevo que fue ella quien mató a los dos pequeños.

Otro dato muy relevante del informe es que Sonia asegura que no ha vuelto a sufrir alucinaciones desde que fue tratada en 2003, cuando, a consecuencias de dicho desvarío, intentó quitarse la vida y terminó conociendo a Ponce El curandero en la unidad pisquiátrica de La Candelaria, donde estaba ingresado por idéntico motivo: una tentativa frustrada de suicidio. Llegado este punto cabe recordar que fue hallada una carta escrita por Ponce en la que relata que ha planeado con Sonia matar a los niños y luego quitarse ambos la vida, aduciendo ideas del todo peregrinas.A este respecto, Sonia explica a los doctores que sigue pensando en el suicidio para así volver a estar con sus hijos, pero que lo descarta por ahora ya que, argumenta, no quiere causar más sufrimiento a sus familiares.

En resumen, los especialistas sólo advierten que Sonia es una persona depresiva, aunque no de forma severa. Sobre su crimen, basta con apuntar que no se arrepiente de haber acabado con la vida de sus propios hijos.

Exageración

En cuanto a Ponce, tampoco sufre trastornos mentales o patologías graves, a pesar de que intentó engañar a los especialistas exagerando desajustes y afectación por lo acaecido. Al igual que su mujer, es consciente de lo sucedido y comprende la consecuencia de sus actos. Se siente responsable de los mismos y resignado ante su futuro. Exigente, absorbente y sugestionable, El curandero es la típica persona que hace responsable de sus problemas a los demás, aunque ha reconocido a los doctores que habló y planificó con Sonia el crimen. Fruto de ello, reconoce, escribió la carta dos semanas antes de que mataran a los niños.

El proceso

Este informe, coincidente con la valoración de los doctores que trataron a ambos en La Candelaria tras ser arrestados, supone un hito clave para la instrucción y a buen seguro fortalecerá la argumentación de las acusaciones, tanto pública como particulares. Por ahora, ambos siguen imputados por asesinato: ella como autora y él como inductor y cooperador necesario.

CRONOLOGÍA

Nace Tindaya (2000). La primera víctima inocente es hija de Sonia y otro hombre.

Sonia y Ponce se conocen (2003). Ambos coinciden en La Candelaria, donde están ingresados por sendos intentos de suicidio.

Nace Joseba (2006). La segunda víctima inocente es hijo de Sonia y Ponce.

Muerte de niños (2011). Por distintos motivos, Sonia y Ponce llevan a cabo su viejo plan de matar a los niños y quitarse la vida. Lo primero les resulta fácil, pero son incapaces durante días de completar el plan. Hasta escriben una carta anticipatoria al respecto.

Sonia quería matarla desde pequeña (2012). Un informe elaborado por especialistas de La Candelaria, que desvela este periódico, descubre que Sonia ya fantaseaba con matar a su hija desde 2002, cuando apenas tenía dos años de edad.

Tenerife II frustra su plan para quitarse la vida (2012). La dirección del recinto penitenciario detectó y evitó que intentaran suicidarse durante un vis a vis.