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De Teide y radio – Por Carmelo Rivero

De Teide Radio, 20 años después, cabría decir muchas cosas, de cómo nació, no sin las dorsalgias de los celos de la Administración hasta obtener la licencia, como nos recordaba Elías Bacallado Hernández, el presidente del grupo, y habría que hablar de una radio genéticamente periodística, afiliada al periódico, radio de DIARIO DE AVISOS, lo cual era una pauta en este país multimedia. Como después se reveló, sobrenadaron mejor los grupos que no se dejaron tentar por la televisión: la mina tenía trampa. Lo que me sorprende aquí, en esta emisora, es que sí ejerce la sinergia de medios y se reedita en papel y digital, forjándose un peso social, económico y político inequívoco. Los dos políticos de la gala, Ricardo Melchior y González Ortiz, condensaron sus discursos en el elogio a la generosidad. El director de la cabecera y de Contenidos del grupo, José David Santos, reivindicó la tolerancia. Periodismo, con los colmillos de la crisis sobre la cuenta de resultados, dijo, es “industria y compromiso”. Nada es ajeno, hoy, al momento crítico que vivimos. Tan dispar del inicio con Andrés Brito o de aquel triunvirato de Calero-Salazar y J. A. Pérez. Llevemos la contraria a Gardel: en veinte años el viento no ha soplado en vano en el Teide. Se ha llevado por delante a muchos, como a César Manrique, justamente. A Manolo Iglesias (el sábado hará cuatro meses de su muerte) lo echamos de menos en el Auditorio de Tenerife Adán Martín. “Minutos inolvidables y ciertos, de sesenta segundos” (el minuto de Kipling), de ellos está hecha la historia de la radio. En la gala, dos minutos de vídeo de la vida de la emisora contenían ¡20 años! Los veinte galardonados eran de lujo. Pero, al final, Óscar Herrera, pedazo de locutor, proclamó los dos premios sorpresa: Onda Cero y Leopoldo Fernández, al que vi llegar al diario a batir un récord de ¡31 años! de director. Enemigo de premios, un día le tocará a la puerta el Canarias.