mirada propia >

De vidas ajenas > María Vacas Sentís

El ordenador me da la bienvenida tras un mes de descanso creativo, de ruptura con las rutinas. Y extrañamente no me dispongo a hablar de la indecisa prima de riesgo, del rescate otoñal, de la España centrífuga, del apartheid sanitario o del retroceso peperiano que supone retornar al certificado de residencia para tomar un avión. Mi nivel de compromiso con la turbulenta realidad circundante se encuentra bajo mínimos tras unas vacaciones generosas en las que de verdad he podido dejar a un lado -y sin alejamiento geográfico de por medio- todas las preocupaciones ante un futuro incierto, de antemano desprestigiado.

Hoy elijo hablar de un libro inmenso y de una vitalidad insuperable, un libro sobre el amor y la muerte que me ha dejado absolutamente transpuesta, sobrepasada, este viernes por la noche que lo termino y me siento a escribir. De vidas ajenas es una novela potente, dura de leer y no deja indiferente. No es un libro más que se posa en la mesilla de noche destinado a acompañar unas horas, días, y luego ser olvidado. Te remueve por dentro. Y si los grandes temas son los más difíciles de abordar, Emmanuel Carrére borda un texto crudo y conmovedor, surtiéndose de vivencias propias y de su entorno, creando un relato íntimo y universal; su cuñada muerta de cáncer con poco más de treinta años que tras una vida de lucha deja tres hijas y un marido huérfanos, el juez amigo y su posicionamiento ineludible del lado de la justicia, los amigos que pierden a su niña de cuatro años en el tsunami que recorrió el Índico, y eligen continuar viviendo.

La novela comienza con el relato de una pareja al borde de la separación “la noche antes de la ola”, y a la que, en envolvente catarsis, la experiencia de la muerte gigantesca y ajena, une para siempre. Pero aún girando sobre la muerte, el miedo a lo desconocido, la fragilidad del ser humano, el dolor ante la pérdida y la enfermedad, la novela nos reconcilia con la vida y con el enorme privilegio de estar provisional y casualmente vivos, y de tener plena conciencia de ello.

Es un libro que habla de las elecciones voluntarias pero también de las vocaciones inconscientes, del compromiso con los más débiles, del ejercicio de la justicia ante los interminables abusos empresariales, de la familia, de los niños, del azar que nos coloca en el lado de la felicidad o en la desgracia, de la fragilidad en cuerpo y alma. Pero también de la increíble capacidad de supervivencia del ser humano, del afán de superación ante cada corte, cada tala, que como a un árbol el hacha, a nosotros nos hace la misma vida; y de cómo vivimos conviviendo con el daño y el dolor, indefensos pero también indemnes, fuertes y renacidos, con nuestros muñones particulares sobre los que un día rebrotan las hojas, a tientas en la oscuridad y en la incertidumbre vital, sin dejarnos caer a pesar de andar a ratos rotos por las pérdidas insuperables; y sobre todo de la enorme suerte de poder hacerlo bien acompañados.

mvacsen@hotmail.com