TACORONTE > APLAZADO EL DESHAUCIO DE ANTONIO Y BERTA

Berta: “Estoy más contenta que si me hubiese ganado la Primitiva”

Antonio y Berta no pudieron contener la emoción cuando le comunicaron a los vecinos que se había conseguido un aplazamiento. | MOISÉS PÉREZ

GABRIELA GULESSERIAN | Tacoronte

Una mezcla de alegría y llanto. Eso fue lo que sintieron ayer Antonio Méndez y Berta Ferreira, el matrimonio de Tacoronte que iba a ser desahuciado de su vivienda, ubicada en el número 102 de la calle Ismael Domínguez, al conocer que la Justicia había ordenado un aplazamiento de 30 días debido al delicado estado de salud del matrimonio. “Estoy más contenta que si me hubiese ganado todos los millones de la Primitiva”, confesó Berta eufórica, al conocer la noticia.

Cerca de las 8.30 horas, unas 300 personas se concentraron a las puertas de la casa, vestidas de luto y ondeando banderas negras para reclamar justicia y apoyar a la pareja de ancianos; hubo quienes lo hicieron desde la madrugada. Las consignas cambiaban a cada momento pero “la lucha está en la calle, no en los ayuntamientos”, “Un pueblo unido jamás será vencido”, o “1, 2 y 3, si no nos hacen caso, volvemos otra vez”, fueron las preferidas del público.

También estuvieron los integrantes de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca en Tenerife (PAH), que apoyan al matrimonio, denunciado por un vecino colindante que alega que la propiedad de la pareja se sujetaba sobre los cimientos de su casa. Una denuncia que no es cierta dado que las pruebas presentadas demuestran que la vivienda de Antonio y Berta fue construida con anterioridad a la de Urbano Hernández, su vecino. Pese a ello, la jueza le ordenó hacer unos cimientos presupuestados en 136.000 euros que se negaron a realizar y por esa razón su casa salió a subasta por 137.000 euros, algo que “no tiene sentido”, según la plataforma. Pero lo más grave es que la subasta quedó desierta y a su vecino le adjudicaron el 60% de la propiedad sin que ellos tuvieran conocimiento, dado que aún no les había sido asignado un abogado de oficio.

Ahora queda un mes para seguir luchando y, aunque son varias las opciones, será su abogado quien trabajará en este asunto, dijeron miembros de la Plataforma. Este colectivo, por su parte, “seguirá haciendo denuncia pública para demostrar que se puede cambiar el sistema y que tiene que haber alternativas cuando se produce una equivocación de este tipo”.

Abandonado por la ley

La antesala a la confirmación del aplazamiento fue muy dura para la pareja, que no durmió en toda la noche debido a los nervios. “Me siento abandonado por la Justicia”, afirmaba Antonio, al tiempo que su esposa no paraba de repetir: “¿Dónde está la Justicia, señor, dónde está? Son ocho años sufriendo”. Entre abogados, peritos y arquitectos llevan gastados más de 20.000 euros. Eso sí, tienen claro que “de no ser por el pueblo de Tacoronte, estarían en la calle”.

Fue casi a las 9.30 horas, cuando el abogado les confirmó el aplazamiento. Acto seguido. Antonio se lo comunicó a los vecinos. Casi sin poder hablar, el lenguaje de gestos primaba sobre las palabras, ya que visiblemente emocionado indicaba con su dedo índice el mes de prórroga que le habían otorgado. Luego salió su mujer y se fundieron en un fuerte abrazo. En ese momento la gente en la calle gritó aun más fuerte: “Todos somos Berta y Antonio”.

Una integrante de la PAH anunció por megafonía la noticia. Eso sí, recordó que “hay que seguir en la lucha”, e hizo un llamamiento a todos los presentes para que no permitan injusticias de este tipo. Fue otra compañera la que opinó que los ayuntamientos y los políticos también deben implicarse en estos casos. “No todo es un problema de los jueces, porque quienes aprueban los procedimientos legislativos son los políticos y por lo tanto, pueden contribuir a que cambie el sistema”, sentenció.

A partir de hoy se escribe un nuevo capítulo en la historia de este matrimonio que lleva ocho años luchando, de abogado en abogado, para que se haga justicia y no le arrebaten la casa en la que vive hace 27 años, debido a un error judicial.