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Bodega El Reloj, sorprendente – Por Jesús Javier Melián García

En las medianías de Tenerife, pasado el cuartel de la Guardia Civil de La Orotava (exactamente, a 1.800 metros de distancia) se entra al llamado camino Los Frontones y allí puedes encontrar una preciosa casa con unas vistas magníficas… Es la Bodega El Reloj, dirigida por un tándem de lo más amable y profesional conformado por el chef Arkaitz Soto Aragón, jefe de cocina del establecimiento, junto con su pareja, Beatriz Padrón Pérez, que ejerce de jefa de sala y un poco también de sumiller. El pasado 27 de septiembre celebró allí su habitual almuerzo mensual la Academia de Gastronomía de Tenerife y a mí me ha “tocado” hacer una pequeña reseña sobre el evento, del que tuve el honor de ser “brigadier”, nombre que utiliza la Academia para denominar al académico coordinador de la comida. En principio estaba previsto disfrutar de unos aperitivos en la muy agradable terraza del establecimiento, pero la lluvia apareció (¡¡por fin!!) y hubo que trasladarse al interior del local, donde comenzamos degustando unos magníficos “entrantes” que incluían unas aceitunas arbequinas, una corona de gildas especialmente diseñadas por el chef, una curiosa cecina canaria y un snack de arroz crujiente con wasabi. Siguieron también a modo de entrantes calientes los buñuelitos de congrio con magistral rebozado y perfecta fritura y un refrescante cebiche de salmón y atún, que dejó las cañerías listas para el gran menú de degustación que venía detrás y del que destacaré lo más sabroso y valorado… Comenzaré por citar el tataki de atún rojo con picada thai de manga canaria, técnica que Arkaitz domina a la perfección. Sencillamente exquisito. De los platos de cuchara destaco el marmitako, sencillo, sin más, como es, con sus taquitos de bonito, casi crudos…. Un plato valorado muy positivamente por los comensales fue el de los judiones de La Orotava que a más de uno le extrañaron, porque las legumbres del país suelen tener el hollejo un poco duro… Pero, no, ¡este no!. Estaban de rechupete. La matanza era de cochino negro canario, con lo cual sobran comentarios. Otro plato que sorprendió a todos: los fusillis de pota con encebollado de boletus y aceite de su tinta. El toque marino de las potas, contrastaba con el dulzor del encebollado de boletus. Un perfecto y sencillo “mar y tierra”… La carrillera de ibérico con arroz meloso fue, curiosamente, excesivamente tierna para algunos. El meloso de arroz de verduras con queso palmero, francamente genial. Todo un guiño de Arkaitz a La Palma, que acaba de premiarle como Mejor Cocinero en un reciente certamen…. Y para terminar, un cremoso de chocolate en su línea y muy bien. Sé que en aquella casa la encargada de la parte dulce es Bea y lo hace magistralmente. En cuanto a los vinos, un blanco Señorío Real de la D.O. Rueda, que celebraba su primera añada calificada como excelente. El tinto Habla de Silencio de la Tierra de Extremadura fue, cuando menos, sorprendente. ¡Qué manera de evolucionar!… En resumen: “sencilla y sorprendente”. Así calificaría yo a la Bodega El Reloj.

*Miembro de la Academia de Gastronomía de Tenerife