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La bomba de relojería> Por Pedro Calvo Hernando

A lo mejor esos escándalos inauditos, como el protagonizado por el ministro de Educación, tienen como objetivo ocultar en lo posible el pánico que invade al Gobierno y a su partido ante la muy posible pérdida de la mayoría absoluta en Galicia el próximo domingo, eventualidad que constituye la verdadera bomba de relojería de la jornada electoral. Porque todo lo demás parece decidido de antemano, la victoria del nacionalismo en Euskadi o el retroceso allí de los llamados partidos constitucionalistas.

Si el PP pierde el gobierno de Galicia, el partido de Rajoy caería en la más amarga recesión, en la senda de Andalucía y Asturias y en el prólogo de todo lo que pueda venir después, como consecuencia y acompañamiento de la ferocidad de los recortes y de la vertiginosa carrera de España hacia el empobrecimiento colosal. Pero el PP puede ganar en Galicia, según las encuestas, a pesar de todo, y en los últimos días a pesar también del comienzo del juicio del Prestige, acontecimiento de hace diez años, lo que dice mucho de la inutilidad de la justicia y la impunidad política de algunos gobernantes.

La tempestad viene también o sobre todo de Cataluña. Yo sigo sin salir de mi asombro por la actitud del president Mas y de CiU, que me parece incomprensible y que choca frontalmente con la tradición de treinta años de moderación de ese mundo nacido en torno a la figura de Jordi Pujol, quien ahora parece igualmente desnortado, después de haber sido un vivo ejemplo de cooperación en la construcción de un Estado español fuerte y democrático. Por el contrario, veo con satisfacción la actitud de Iñigo Urkullu, el candidato del PNV más probable ganador de las autonómicas en Euskadi. Este martes mismo le he escuchado en la cadena SER y ha vuelto a demostrar la inteligencia y el realismo con que acude a los comicios del domingo. Yo no descarto, en el caso de que fuese útil, un acuerdo poselectoral con el PSE-PSOE, como ya sucedió durante doce años y con muy buenos resultados. Sería lo mejor para una prudente, solidaria e inteligente administración del debate del autogobierno.