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“Compartir oficina es muy enriquecedor para todos”

INMA MARTOS | Santa Cruz de Tenerife

Elena Martínez Purriños, arquitecta y codirectora de Coworking Nomad. | SERGIO MÉNDEZ

-Aparte de ser arquitecto, es usted lo que se dice una mujer emprendedora. ¿Cómo se le ocurrió la idea de montar un coworking?
“Llevaba trabajando en casa tres años y estaba harta de estar sola, encerrada y aislada, así que me planteé montar una oficina, pero al fin y al cabo una oficina era lo mismo. Por eso de manera intuitiva, sin conocer el concepto aun de coworking creé un cluster room que me permitía compartir el espacio con otros profesionales y también la experiencia. Luego conocí al que ahora es mi socio Ángel. Él también llevaba tiempo pensando en poner en marcha una oficina compartida, así que le dimos un giro al cluster room y creamos Coworking Nomad. Para mí el coworking cubría una necesidad real y supuse que otras personas también podrían tener esa inquietud. Yo lo había detectado sin saber que existía”.

-¿Qué aceptación tuvo el proyecto?
“El concepto no era conocido y el público al que iba dirigido es de personas que están un poco aisladas, como yo estaba. Es difícil conectar con este tipo de público y llegar a ellos. El cluster fue mi primer pinito y estaba un poco despistada pero ahora en el coworking llevamos una campaña importante para darnos a conocer a través de los medios y del marketing on line. Además, intentamos estar en todos los eventos de emprendedores y contarlo a todo el mundo. Va mejor, pero nos cuesta cambiar las estructuras que tenemos en la cabeza, ya que tenemos ese concepto clásico de lo que tiene que ser una oficina, aunque como en todo, el concepto de lugar de trabajo también va cambiando y hay que adaptarse a los tiempos.

-¿Qué le ofrece?
“A nivel tangible o material un lugar de trabajo que cubre todas las necesidades, un espacio físico, una sala de reuniones en la que se da una imagen más profesional. La posibilidad de mejorar tu imagen de cara a tus clientes. Si estás empezando con tu negocio y trabajas en casa, se entiende, pero cuando tienes una oficina, parece que te van mejor las cosas. Se tiene la idea de que si no has montado una oficina es que no te va muy bien. En Coworking Nomad ofrecemos por 99 euros la media jornada de ocho a dos con internet agua, luz, limpieza y todo incluido, así como las herramientas necesarias de trabajo. Si no puedes hacer frente a un alquiler, por un precio muy reducido puedes tener cubiertas todas esas necesidades. Y lo que es más importante, son todos los intangibles que te aporta el coworking: conocer a otros profesionales que si estás en tu casa, no los conocerías. Trabajar codo a codo con gente que no tiene que ver con tu profesión es muy enriquecedor y genera sinergias que de otro modo no saldrían”.

-¿Qué sinergias se crean?
“Puedes aumentar tu cartera de clientes ya que si tú no puedes cubrir algo de lo que demanda tu cliente, tienes otros profesionales al lado que lo pueden hacer, por ejemplo. Además, todos tus compañeros te hacen de comerciales, la gente se pasa trabajos. Yo te ofrezco peras, pero también te puedo ofrecer manzanas y naranjas. Sin necesidad de contratar a nadie porque todos somos autónomos”.

Es cofundadora de Coworking Nomad. | S. M.

-Digamos que funciona como una gran empresa…
“Realmente a lo que se aspira a que termine siendo así. Uno tiene un cliente y el otro le soluciona una parte del encargo para que se lo ofrezca. No tienes que tener plantilla ni una gran oficina, esas asociaciones son necesarias, llega a funcionar como una gran empresa”.

-¿Tienen mucha competencia en Tenerife?
“El coworking ha ido creciendo en los últimos años en España, muy rápido. Cuando nosotros salimos no tanto, pero ahora existen varios en Tenerife. Por ejemplo, en mi profesión que ahora mismo no tiene trabajo, muchos arquitectos han optado por reconvertir sus estudios que se han quedado vacíos. También es verdad que en lo que nosotros llevamos ya han abierto y cerrado varios”.

-También está aprovechando el local de oficinas para realizar otras actividades innovadoras…
“Lo que procuramos es dinamizar y hacer actividades para potenciar y dar soporte a la comunidad en la que estamos metidos. Hemos puesto en marcha las citas con emprendedores, charlas de emprendedores para dar a conocer proyectos nuevos sobre temáticas muy interesantes. Además, crowdfundig, nueva forma de financiación colectiva para obtener fondos para tus proyectos. También organizamos desayunos networking, y estamos haciendo las llamadas Citas con el placer. Nos gusta realizar catas de vino, gin tonic o cervezas, para que no siempre sea un lugar de trabajo sino también para compartir otros ratos de ocio que consideramos también muy importantes. Todo lo que hacemos va enfocado a descubrir cosas nuevas, así que se buscan temáticas determinadas innovadoras y se busca que las personas aprendan algo nuevo”.

-¿Qué aceptación tienen?
“Las catas van teniendo aceptación. Ahora ya hacemos incluso catas personalizadas. Por ejemplo, en vez de cenas de Navidad se organizan catas. En cuanto a las charlas depende de la temática, hemos tenido el coworking a reventar o con ocho personas. Dependiendo del tema. Los desayunos, habitualmente son más internos, para la comunidad y también los hemos hecho abiertos. Mucha gente también viene a curiosear. Ahora vamos a sacar otras actividades.”

-Adelánteme algo…
“Vamos a poner en marcha los ciclos de viajes, enfocados a compartir la experiencia de viajes que hace la gente, contar las vivencias. Estas serán abiertas a todos y en breve será la primera que la daré yo sobre mi último viaje que fue a Ecuador. La idea es que nos conozcan, por eso montamos actividades diversas y para públicos distintos porque no sabes a quién puedes conocer”.

-Su profesión es una de las que más se ha visto resentida con la crisis económica, por la llamada también crisis del ladrillo, ¿cómo ve el sector de la construcción en las Islas?
“El sector es el más castigado, con diferencia. No es que sea como decía Esperanza Aguirre que había que matar a todos los arquitectos, pero somos responsables en parte de lo que ha sucedido. Aunque no somos los únicos, ni los que llevamos la mayor parte. Al final los poderes económicos pesan mucho y cuando tenías un promotor, por mucho que dijeras que otra visión es mejor, se hacía lo que el dinero establecía”.

-¿Cuál es el futuro que espera a la arquitectura a medio plazo?
“Le quedan años para recuperarse y aun entonces no volveremos a vivir el boom que se vivió a mediados de los 2000, antes de que estallara la crisis, que aquí fue desmedida. Sobre todo en islas como estas es impensable que pueda llegar al nivel que estaba. Ahora toca enfocarse en otros campos. No todo es construir casa nuevas. Hay nichos de actividad por explotar, fuera de la construcción. Los arquitectos tenemos que darnos cuenta de que tenemos capacidades más allá de edificación”.