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El eje chavista respira> Por Gerardo Daniel Settecase

Una derrota electoral del presidente Hugo Chávez en las pasadas elecciones en Venezuela no solo hubiera complicado la vida interna de su país, sino la de varios más.

En particular, la de los gobernantes y los gobernados de aquellos países que integran el denominado eje chavista, cualquiera que sea su dimensión geopolítica.

Desde una potencia como Argentina, a la que Venezuela tiene atrapada con la posesión de miles de millones de euros en deuda externa, hasta Antigua y Barbuda, que solo recibe petróleo gratis a cambio de votar a favor de Venezuela cuando así es necesario, todos respiran en paz.

La caída de Chávez no hubiese garantizado a Cristina Kirchner que un triunfante Enrique Capriles obviara exigirle el pago de esos bonos de deuda externa; o a Evo Morales, que no iba a dejar de recibir regalitos sociales (escuelas, carreteras, hospitales), igual que Nicaragua y otra docena de países, en particular una Cuba cuya energía eléctrica depende hoy del petróleo de Venezuela.

Todo ello -mal que le pese a ese 55% que ha votado en su favor- mientras el país administrado por Chávez carece de seguridad ciudadana, educación y salud pública despolitizada, de infraestructuras que garanticen el pleno desarrollo y traslado de las riquezas producidas por industrias públicas y privadas, o bien ciudadanos que lisa y llanamente pasan hambre o no tienen techo pues los planes revolucionarios no se han cumplido.

Chávez triunfó y el eje chavista respira. Pueden seguir aplaudiendo, festejando las bufonadas de mal gusto de su inventor, pues, más allá de los negociados que cada uno de ellos pueda tener (o no) con el, conservan por unos años más las garantías de que sus pueblos vivirán de lo que le rapiñan al 100% del pueblo venezolano.

gerardoctkc@gmail.com