Maldito parné >

Europeos y asustados – Por María Fresno

Puedo afirmar, sin miedo a equivocarme, que, en los tiempos que corren, cualquier cosa que provenga de Europa asusta. El BCE, la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y hasta Angela Merkel asustan. Vivimos en una sociedad absolutamente individualista, pero al mismo tiempo muy cotilla, donde conocer el estado de ánimo del prójimo se convierte casi en una obligación. Día a día convivimos con una crisis económica que nos ahoga, pero estamos inmersos en emoticonos, estados de Facebook, WhatsApp y links. Y dentro de este nuevo mundo que son las redes sociales, España tiene un estado: asustada. El Fondo Monetario Internacional, ese organismo europeo entre cuyos objetivos figuran el facilitar el comercio internacional, reducir la pobreza [?] y otorgar temporalmente recursos financieros a los miembros que experimentan problemas en su balanza de pagos [?] aseguró la pasada semana que la prima de riesgo española subirá hasta los 750 puntos básicos. Un nivel insostenible si en Europa no se toman las decisiones adecuadas. Lo dijo sin temblarle el pulso. Sin anestesia. A pocos días de que el Gobierno presentara unos presupuestos restrictivos, mucho más, incluso, de lo pedido por Bruselas.

Nos guste o no, los problemas de España se han convertido en los protagonistas de Europa. Defiende Christine Lagarde, la directora gerente de este organismo, que los ajustes se hagan dependiendo de la economía de cada país miembro y, en este sentido, España se va a topar con una prima que, sin remedio, engordará hasta los 750 puntos alimentada, por el déficit público y las indecisiones políticas. Somos muchos los que no entendemos el motivo por el que Rajoy no se enfrenta a Alemania y pide de una vez el rescate. Tal vez le asusta que le digan que no. Tal vez le asusta Merkel (lo cual no es de extrañar, nos asusta a todos). Sin embargo, tiene el apoyo del FMI, que insiste en que esta pasividad española puede salirnos muy cara. Tiene el amparo de Francia, Italia y el BCE. Y mientras los españoles esperamos el rescate, Europa recibe “orgullosa” el Nobel de la Paz. Un premio otorgado por ser un exitoso proyecto de reconciliación, democracia y derechos humanos. Para España este premio viene como anillo al dedo, porque al tiempo que algunos reniegan de nuestro país, un continente entero es premiado por su papel estabilizador. Lo que me preocupa es que si 50 años después no sabemos ser españoles, ¿cómo vamos a lograr ser europeos?

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