EFE | Caracas

El candidato opositor a la presidencia de Venezuela, Henrique Capriles, ha hecho del final de la campaña una carrera a fondo para recorrer todo el país con jornadas maratonianas en las que atraviesa el país de punta a punta para llevar su discurso a miles de seguidores convencidos de la victoria.

Capriles realizó en la última jornada de campaña 1.720 kilómetros volando de Caracas a Mérida, en los Andes venezolanos, para luego regresar a la nororiental Barcelona, en el Caribe, más de 1.000 kilómetros en un ejercicio que viene repitiendo desde hace diez días con la vista puesta en las elecciones del 7 de octubre.

Al acabar el día, empapado en sudor, entra en su camioneta y se sienta, se cambia y rápidamente continúa atendiendo a medios de comunicación para luego fotografiarse con sus seguidores en un periplo interminable por el país.

“Con este cierre de acá han sido diecisiete estados desde el lunes pasado, bueno, dieciséis estados y Caracas”, explica a Efe apenas concluye un acto de campaña multitudinario ante miles de personas en Barcelona.

Sin la gorra tricolor que ha popularizado, y con una visera en la que se ve en letras grandes la palabra “Jesús”, Capries afirma que saca las fuerzas para su alto ritmo de actos de “la adrenalina que me transmite la gente. Es fuerte”, dijo.

Capriles ha desarrollado en los últimos tres meses una campaña que ha ido de menos a más. Empezó visitando localidades casa por casa para conversar con la gente, después lo hizo con pequeños actos en los pueblos y finalmente está concluyendo con mítines en estadios y grandes plazas en las que resulta imposible contabilizar la cantidad de asistentes.

La campaña está “en el punto para ganar”, afirmó, asegurando que ese crecimiento no ha sido casual.

“Tengo mi plan de vuelo hecho por mí, he sido diputado, alcalde, gobernador, soy una persona que le gusta constantemente estar en la calle, me gusta recorrer las comunidades meterme en los pueblos”, indicó.

Afirma con orgullo que desde que se inscribió como candidato el 10 de junio pasado ha visitado más de 300 pueblos de Venezuela.

“He recorrido este país como creo que no lo ha recorrido nadie en años”, señaló.

Pese a que la mayor parte de las encuestas señalan que el presidente venezolano, Hugo Chávez, es favorito en las elecciones del domingo, Capriles está completamente convencido de su victoria, al igual que sus seguidores.

En Barcelona, parte de los negocios y establecimientos cerraron sus puertas y declararon el día libre ante la llegada de este abogado de 40 años que ha conseguido concentrar a toda la oposición bajo su bandera por primera vez en Venezuela.

Miles de personas vestidas de amarillas y carteles con el lema de campaña de Capriles: “Hay un camino” se congregaron ante el escenario en que el candidato opositor apareció después de un espectáculo de música en vivo.

Magdier, un técnico de 23 años, aguardaba en una esquina con apenas visibilidad del acto. El no tener el mejor puesto no le restó entusiasmo al proclamar a gritos su apoyo a Capriles.

“Aquí no hay seguridad con el pueblo. Chávez promete y promete, y mira como están las calles rotas”, dijo a Efe.

En el otro extremo generacional, Simón Cordero, de 66 años, defendía el voto al candidato opositor porque “hay que buscar un cambio en el estado (Anzoátegui, del que Barcelona es capital) y en Venezuela”.

Para él, Chávez lleva demasiado tiempo en el poder y lo que ha hecho ha sido regalar el petróleo y los recursos de los venezolanos a otros países.

Génesis Duarte, una comunicadora social de 23 años, asegura que Venezuela es el único país del mundo donde todo el mundo sabe por quién va a votar.

El análisis que hace sobre el Gobierno de Chávez, de 58 años y en el poder desde 1999, es simple: “prolongar el poder en una misma persona más allá de si lo haga bien o lo haga mal es error. La gente se enferma de poder y es lo que estamos viviendo”, añade.

Reconoce que las encuestas no ofrecen las mejores perspectivas para los opositores, pero subraya que lo que ha observado con los actos multitudinarios de Capriles le ha devuelto la esperanza.

“Lo que he visto en las últimas semanas: Capriles y las manifestaciones de calle que ha hecho la gente me hacen pensar que la cosa está mucho más pareja” de lo que dicen las encuestas, señaló.