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El hotel del Valle continúa cerrado y pendiente de una nueva gestión

NICOLÁS DORTA | Santiago del Teide

Ayer llovía por fin en el Valle de Santiago del Teide, un fenómeno esperado tras meses de sequía. La lluvia deja al Valle verde, perfecto para pasar una noche lejos del ruido. Para eso se hizo el hotel Señorío del Valle y se remodeló la Casa del Patio, del siglo XVII, inaugurada el 18 de marzo de 2010. Pero este entorno sigue con las puertas cerradas, a la espera de que una empresa vuelva a gestionarlo, tras el fracaso de la anterior concesionaria. Ayer afirmaban desde el Cabildo, encargado de dinamizar el inmueble, que están “en ello”, que se presentaron siete empresas y se han descartado cuatro. Quedan tres, pero no dan la fecha de adjudicación.

La mala gestión inicial del hotel (quejas por el servicio de restaurante, bodas y otros) hizo que incluso el alcalde, Juan Damián Gorrín Ramos, pidiese este año en marzo al Cabildo que retirase dicha concesión. Lo que se abrió como una opción del turismo rural de calidad, con una inversión importante y en un entorno privilegiado, con ilusión, quedó en nada.

Tres meses más tarde, el Cabildo insular anulaba el contrato de arrendamiento del hotel y en agosto se sacó de nuevo a licitación la explotación del complejo. Dicho arrendatario tendrá una concesión de 20 años, por lo que la firma adjudicataria debe abonar un canon anual de 24.000 euros, cantidad de la que quedará exenta el Cabildo hasta compensar la inversión.

La Casa del Patio forma parte de la historia del municipio. El Señorío del Valle de Santiago fue concedido por el Rey Felipe IV a Fernando del Hoyo y Solórzano en 1663, haciéndola Villa con jurisdicción civil y criminal, con facultad de poner en ella una horca, picota, cuchillo, cárcel, según cuentan las crónicas.

Dicho señorío se otorgó a Fernando del Hoya después de haber aceptado la Corona al estimarse la extensión del Valle de Santiago.

En ese entonces, la villa de Santiago del Teide la habitaban 54 vecinos y sus vidas se vieron afectadas al verse abandonados por la Corona a merced de la autoridad señorial. De alguna manera, a medida que pasaron los años, la relación de los vecinos con el señor fue mejorando.

CENTRO DE VISITANTES

Pasaron los años y las instalaciones ya pertenecen a la administración pública como patrimonio insular. Fueron reformadas hasta quedar en perfecto estado, con establos, caballerizas, casa del guarda, cuarto de aperos y un aparcamiento público de más de mil metros cuadrados. La idea, aparte del hotel, es crear un centro de visitantes, que podría estar dedicado en parte al volcán Chinyero cuya lava estuvo a punto de arrasar el Valle.

También se tiene previsto adecuar un lugar para la exposición de productos de artesanía, utilizar las caballerizas para desarrollar actividades ecuestres que complementen la oferta alojativa, aunque eso depende de como gestiona la empresa este territorio, que suma en total más de 27.500 metros cuadrados.

El hotel rural cuenta con 1.982 metros cuadrados distribuidos en tres plantas, en las que hay 20 habitaciones bien equipadas y decoradas. Todo está nuevo, sólo falta darle uso, eso sí, con una correcta gestión para evitar nuevos concursos.