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La II República y nuestro presente – Por David Sanz

Una desierta Casa Salazar de Santa Cruz de La Palma acogió la presentación del libro La Segunda República en Canarias. Son demasiados los que tienen el mal gusto de preferir un partido del Real Madrid a conocer esta obra, que recoge los trabajos presentados en el encuentro sobre este periodo crucial de la historia que se celebró el año pasado en la Universidad de La Laguna y cuya cuidada edición, realizada por Le Canarien, ha sido coordinada por el joven historiador tinerfeño Aarón León Álvarez. Pese a que uno pensaba que ya estaba todo dicho de esta etapa histórica en Canarias con los trabajos de Miguel Ángel Cabrera, esta obra abre nuevas vías de investigación y debate sobre el periodo republicano en las Islas. El maestro de esta ceremonia íntima fue Salvador González Vázquez, uno de los más potentes investigadores del siglo XX en Canarias, que en este trabajo colectivo participa con un artículo sobre el caciquismo en el Archipiélago y su impacto en el contexto republicano. E

l historiador de Tazacorte reflexionó en voz alta sobre la importancia que tiene este periodo de la historia para encarar un momento como el actual, donde el sistema democrático no cubre las expectativas de una sociedad que no se siente representada en el mismo. Esta es una de las claves por la que piensa que los estudios sobre la II República en Canarias, que como coincidieron varios asistentes, llevan un importante periodo de tiempo hibernando, vuelvan a repuntar en los próximos años. No pude evitar entonces recordar uno de aquellos intentos ridículos de Aznar para tratar de proyectar una imagen centrada, cuando todavía la derechona no había perdido los complejos, proclamándose nada menos que azañista. Con el PP de nuevo en el Gobierno, Rajoy podría declararse hijo político de Negrín y Cospedal la reencarnación de Clara Campoamor. Quizá así al menos volvería a florecer el número de publicaciones de la II República. Este contexto de crisis económica, pero también democrática, es un momento en el que la sociedad ha vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de mejorar este sistema para hacer más democracia. Como sugiere González Vázquez, ese intento tan cargado de buenas intenciones como de errores, que fue la II República en España, puede servir de referente para conocer en qué nos equivocamos para no repetirlo.