a toda máquina - Román Delgado

Muerte entre las flores – Román Delgado

En el día de ayer, a media tarde y ya sin otra opción de curación pasajera (la íntegra necesita otro tipo de terapia), tuve que darme una buena vuelta y elegí el parque más cercano. La verdad es que fue todo un acierto. Bueno, casi, que la polución que se posaba sobre los árboles de alguna manera estropeó el romance previsto. ¡Qué le vamos a hacer!

Opté, para calmar los ánimos, por el paseo soleado en esa pequeña imitación de naturaleza que hay dentro de la ciudad, por un trozo de bosque y de pradera, por espacios prohibidos para perros, aunque la indicación de stop en realidad sirva de muy poco, como se puede demostrar en cualquier momento y lugar de estos.

La verdad es que todo lo relacionado con la saturación mental se inició el lunes, cuando un informe jurídico de la secretaria del Ayuntamiento de Arona ponía los puntos sobre las íes acerca de lo que debe hacer y se espera que ya haga, sin más dilación, el actualmente condenado por prevaricación alcalde de ese municipio, José Alberto González Reverón (CC).

La sentencia, que ha sido recurrida por el afectado, debe asustar por lo que significa: condena de inhabilitación al desempeño de cargo público por hacer algo mal a sabiendas y además en beneficio de otro (una buena manga). Creo que lo que terminó de saturarme no fue el informe de la secretaria, sino que ayer, tras salir de la cama, el alcalde aún seguía ahí, como el dinosaurio de Monterroso. O sea, que no había pasado nada. ¡Sorprendente, verdad!

En aquel trozo verde, no vi abejas ni lagartijas ni flores, pero sí basura. Tuve que irme con el martilleo durísimo de por qué no dimite. Sentí lástima.

@gromandelgadog