T. F. | Santa Cruz de Tenerife

“No puedo reconocerle porque me atacó por la espalda”. Así resumió ayer una de las víctimas de los sucesos acaecidos en las lagunera Fiestas del Cristo de 2010 la terrible agresión en la que sufrió un corte en la yugular con un casco de botella roto, de tal gravedad que salvó la vida gracias a la inmediata intervención de los sanitarios. Por aquel entonces tenía apenas 14 años.

Su declaración se produjo en la jornada de inicio de la vista oral celebrada en la Audiencia provincial, y en la que se juzga a un joven de nacionalidad marroquí al que se le imputa un delito de asesinato en grado de tentativa, así como otros dos de lesiones. Como quiera que en el momento de los hechos (madrugada del 18 al 19 de septiembre de hace dos años) le faltaban 17 días para la mayoría de edad, se le solicita una pena de tres años de internamiento y otros tres de libertad vigilada. Ayer negó ser el responsable de los ataques.

En realidad, de las tres víctimas sólo uno dio datos fiables para el reconocimiento del acusado como autor de la agresión. Uno de ellos era también menor de edad (16 años) y le propinaron varias patadas hasta que lo tiraron al suelo, donde entre tres le provocaron lesiones diversas.

En cuanto al tercer afectado, le causaron hasta cuatro heridas con una botella en hombro, cuello, mandíbula y rostro.
Así las cosas y tal y como se preveía, será la próxima jornada del juicio en el que el testimonio de policías y forenses ayudarán a esclarecer el caso, habida cuenta que, cuando el arresto se produjo, el ahora acusado portaría consigo ropa ensangrentada y el trozo de casco de botella roto que habría utilizado para agredir a los muchachos.

Cabe recordar que el ahora acusado se encontraba entonces fugado de un centro de menores del Gobierno de Canarias.