El proyecto de Presupuestos de 2013 presentado por el Gobierno de España ha confirmado los peores augurios. Bajo el mismo sonsonete de “la austeridad, el rigor y la reducción del gasto”, principios que por sí solos se han manifestado insuficientes para salir del atolladero, el gabinete de Rajoy nos ofrece unas cuentas más que preocupantes. Cuando más necesario se hace estimular el consumo, la inversión y el empleo, la respuesta de los populares a esta situación es la contraria: mayor retroceso económico e indiscriminación en los recortes.
Pero el estado de preocupación se acentúa al apreciar cómo repercutirán estos presupuestos en nuestras Islas, donde corremos el riesgo de sufrir una auténtica fractura social. Basta con analizar algunos de los recortes introducidos, más graves aún que los del ejercicio actual. Por ejemplo, los aplicados en el Plan de Empleo regional, que pasa de 42 millones de euros a solo 10 millones en 2013, sin reparar en que uno de cada tres canarios está sin trabajo y que cada vez son más las personas que se quedan sin ningún tipo de prestación. La traducción es rotunda: menos empleo y más pobreza.
Si nos centramos en el capítulo de inversiones, comprobamos que el Gobierno estatal ha rebajado a la mitad, en sólo dos años, los fondos destinados a Canarias dentro de los capítulos VI y VII, pasando de 707 millones de euros en 2011 a 361 millones en 2013. De nada vale que se diga, desde las filas populares, que el descenso inversor se limita a un 6%, cuando saben perfectamente que sólo se están refiriendo a las inversiones directas, las del primer capítulo citado, tratando de ocultar las indirectas, correspondientes al capítulo VII. Una argucia más entre las que suelen emplear.
Con estas cifras, la inversión media que hace el Estado por habitante (incluyendo las Islas) se sitúa en 228 euros, reduciéndose en el caso de los canarios a 170 euros, por más que el Régimen Económico y Fiscal (REF) consagre que, como poco, habría de ser igual. Esta situación acentúa el reiterado incumplimiento por parte del Gobierno de Rajoy de una norma fundamental para el Archipiélago. No olvidemos los datos ofrecidos recientemente por la Confederación Provincial de Empresarios de Santa Cruz de Tenerife, que cifró en 2.500 millones de euros -como mínimo- el total de la deuda que acumula Madrid con Canarias por la vía del REF.
Otro de los aspectos que evidencian el maltrato de los populares a las Islas guarda relación con la insularidad y la lejanía, capítulo en el que se advierte otro recorte drástico. Porque dentro de las subvenciones destinadas a compensar ese hecho objetivo, tal y como se recoge en el REF, el “tijeretazo” alcanza el 21%, en apartados como el transporte de viajeros y mercancías o la desalinización de agua, entre otros.
Son sólo algunos ejemplos, aunque suficientemente graves, sobre la preocupación que nos produce este proyecto de Presupuestos Generales del Estado que pone sobre la mesa el Gobierno de Rajoy. Tanto porque acentúan el retroceso económico -desincentiva la inversión, carece de medidas para la reactivación y agrava el desempleo- como por la grave afección que su aprobación supondrá para los canarios. Cuesta creer, además, que los representantes isleños del Partido Popular vayan a aceptar estas cuentas sin más. Llama la atención la falta de valor y el seguidismo que evidencian, sobre todo si comparamos esta actitud con la que adoptaron, en un primer momento, sus compañeros en otras comunidades, como Baleares, Aragón o Valencia.
Por supuesto que la próxima semana continuaremos con una segunda parte de este artículo, ya que no pueden quedarse en el tintero asuntos como el agua, las carreteras, el medio ambiente o las ayudas a la dependencia.
Tal y como advertimos en julio pasado, así no saldremos de esta crisis. Así es imposible. El Gobierno de los populares ha entrado en una deriva cuyas consecuencias pueden ser muy desgraciadas. Nos conduce hacia la parálisis y el colapso e incrementa la angustia y el sufrimiento de las personas.
*PRESIDENTE DEL CABILDO DE TENERIFE