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Una Ryanair canaria – Por Narvay Quintero Castañeda

El cese de las operaciones por parte de Islas Airways nos envía de un plumazo a aquella lejana época del monopolio de Iberia y su extinta filial Aviaco en los vuelos interinsulares.

Malos tiempos para la aviación comercial. En plena crisis económica, con una caída en picado de los salarios y una escalada de precios, viajar volverá a ser un lujo reservado para los más adinerados.

Un lujo que en las Islas Canarias es una necesidad irrenunciable para aquellos que se ven obligados a viajar a la Península o a otra Isla para recibir tratamiento médico o cumplir con sus obligaciones laborales o académicas.

Una necesidad que se multiplica en islas como El Hierro, en la que en apenas un año se ha sumado a la recesión económica las secuelas de la crisis sísmica y volcánica y la retirada de Islas Airways.

Y las consecuencias serán inevitables: menos pasajeros, tarifas más elevadas y todo ello repercutirá en una economía débil que necesita hoy más que nunca el apoyo de todas las administraciones.

En menos de un año, hemos asistido al cierre de dos compañías que contribuían a mantener el equilibrio de precios en un mercado salvaje en el que las aerolíneas de bajo coste devoran sin piedad a las más tradicionales.

El cierre de Spanair provocó que se disparasen las tarifas en los vuelos con la Península y ahora nos planteamos qué sucederá en los vuelos interinsulares tras la desaparición temporal de Islas Airways.

En los trayectos aéreos entre las Islas, una Orden Ministerial establece las tarifas máximas que pueden ofertar los operadores. Es un alivio, pero a su vez es una medida envenenada a la que se pueden aferrar los aerolíneas para que sus tarifas se sitúen en los límites permitidos.

Nos adentramos en una etapa de una enorme incertidumbre por la asfixiante crisis que vivimos y por el derrumbe de espacios que habíamos ganado y avances que creíamos consolidados.

Avances que se desmoronan como un castillo de naipes y nos devuelven a una etapa que casi habíamos olvidado. Una etapa de emigración, de más pobreza y de aislamiento.

Ojalá lo imposible -como la película de Juan Antonio Bayona que arrasa en las taquillas de cine- se convierta en milagro y el cierre de Islas Airways abra las puertas a compañías dispuestas a ofrecer un servicio más eficaz y a ofertar unas tarifas más reducidas.

Algo así como una Ryanair canaria, pero sin las prácticas opacas de la aerolínea irlandesa.

*SENADOR POR LA ISLA DE EL HIERRO