EL FIELATO >

Salmones – Por José David Santos

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Canta Calamaro: “Siempre seguí la misma dirección / la difícil, la que usa el salmón”. Remontando el río nadan en estos momentos miles de personas. Los que aún no se rinden, pese a la fuerza de la corriente, están apostados en las colas de las entidades bancarias para buscar una solución a sus deudas; en la hilera de la oficina del paro con la ilusión intacta una mañana más; en los tumultos ante las ya escasas convocatorias de empleo público porque “igual hay suerte”; en cualquier puesto de trabajo que ahora se ve como un lujo, pese a echar más horas, cobrar menos y, encima, dando gracias a la vida; en el despertar de muchos hogares donde no hay ingresos, pero hay risas y se escucha siempre un “buenos días”; en el pequeño empresario que no duerme porque no sabe cómo pagar sus deudas, pero sigue soñando; en el padre que no ve claro el futuro de su hijo, aunque lo anima a seguir estudiando; en el funcionario que quiere hacer su trabajo, pero no puede; en ese emprendedor que, pese al aliento de fracaso que lo inunda todo, va a dar el salto; en las redacciones con periodistas a los que con cincuenta años les dicen que ya no valen y son una carga, pero escriben una noticia más; en todas esas abuelas que cuidan de nietos, avalaron el piso de sus hijos y cobran una mísera pensión, pese a lo cual lo volverían a hacer; en los hospitales atestados de pacientes que esperan sin protestar; en los que salen a la calle sin nada que perder, pero con la esperanza de volver a ganar. Son solo unos ejemplos de personas que no aflojan, que no se avergüenzan, que se niegan a dejar que esta puñetera crisis se los lleve por delante cuando, probablemente, ya están siendo arrastrados por ella. Los vemos, son mayoría, aunque no lo aparenten. Y cuando cruzas dos palabras con ellos sientes que esto tiene visos de arreglarse, que, al final, pese a todo ese otro mundo de gentes hundidas o perdidas, hay seres humanos que, imitando al salmón, remontarán el río para que la vida siga. A ellos, a los salmones de la crisis, les deberemos un futuro mejor.

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