ROMÁN DELGADO | Santa Cruz de Tenerife
Muchísima gente, con un casi lleno en la sala principal del Auditorio de Tenerife Adán Martín (muy cerca de las 2.000 personas); mucha alegría; algún momento para los recuerdos dulces y amargos (incluso con lágrimas que se escapan de forma inevitable), y también sanas y divertidas sonrisas, más los numerosos regresos al pasado, siempre en positivo, que era lo que ayer tocaba. Y con razón, con mucha razón…
Cajasiete se apuntó este sábado un buen tanto con el acto espectáculo de tipo institucional elegido para rematar muchos meses de celebración en torno a sus 50 años de existencia, tras aquel lejano 6 de mayo de 1962 que ha quedado en la historia como el día de su nacimiento, cuando la entonces cooperativa de crédito Caja Rural Provincial de Santa Cruz de Tenerife (hoy Cajasiete) vio la luz gracias al impulso notable del empresario güimarero Pedro Modesto Campos, entre otros muchos que se empeñaron en el proyecto. Ya han transcurrido cinco decenios, y por este motivo, por las bodas de oro, Cajasiete ayer regaló en el Auditorio un espectáculo concebido con elegancia, finura, ritmo y sencillez, y con grandes artistas. ¿Qué más se puede pedir? Todos contentos.
Como indicó el presidente de esta institución canaria, Jerónimo Monje, se trataba de “culminar los actos concebidos para la celebración de los 50 años de existencia” de la hoy llamada Cajasiete. Y muy bien que les salió, con la gente aplaudiendo sin descanso y con todo el mundo en pie en el momento final gracias al impulso del Pasodoble Islas Canarias, interpretado por Los Sabandeños y con la presencia en las tablas de colaboradores de todas las Islas, de las siete, como lo pedía el guión del 50 cumpleaños de “una entidad joven” y con vocación regional, que ambas cosas las subrayó Fernando Berge, su director general, además de ser la única controlada hoy por “capital canario, que trabaja en Canarias y que todo lo reinvierte en Canarias”. También lo dijo Berge.
La cita de ayer se inició con sonido de jazz, con composición de Chick Corea, y prosiguió con una secuencia de remembranzas con voz e imagen de empleados de la entidad. Hubo intervenciones del presidente de Cajasiete y de su director general; homenajes a título póstumo a personas clave en la institución, como el principal impulsor de la entidad, Pedro Modesto Campos Rodríguez, y el primer director general de ésta, Federico Isidro Sánchez, y honores para el trabajador con más años en esta caja, Diego Mendoza Mendoza, con nada menos que 48 años.
Tras este momento más emotivo, insertado tras las alocuciones de Monje y Berge, llegó el turno del presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, que echó el cierre a la parte más institucional con un discurso en el que destacó “la vocación canaria de Cajasiete”, que “está en Canarias y actúa para Canarias”. Trasladó su convencimiento de que la entidad con sede social en Tenerife tiene potencial y capacidad “para superar los nuevos obstáculos”. Cajasiete es hoy, remarcaron sus directivos, “la única alternativa financiera plenamente canaria que hay en las Islas”.