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Apocalipsis laboral – Jorge Bethencourt

El Gobierno de Canarias mantiene la Consejería de Trabajo como quien mantiene la fe en una vida después la muerte. Es una rareza escatológica. Como si les diera por crear el departamento de estudios de los glaciares de Canarias.

Pues vale. Lo cierto es que la actual responsable del departamento ocupado de algo que está en proceso de extinción, Margarita Ramos -que tiene una cabeza muy bien amueblada- ha dicho que no habrá “destrucción masiva” de empleo público porque sería una catástrofe. Y me he quedado mirando a los celajes.

A ver si me explico. El Gobierno de Canarias parece que no tiene dinero para mantener la estructura de sus gastos y de los servicios (mal dotados por la Hacienda central) que ofrece a los ciudadanos de Canarias. Y como el Gobierno es un mero intermediario entre los que pagan (ciudadanos) y los que reciben (los mismos) descontados los gastos de la intermediación, la pregunta es ¿cómo piensa solucionar el Gobierno el pequeño problema de pagar las nóminas del personal?

Porque vamos a ver; aquí no es que se haya levantado un anónimo vampiro queriendo acabar con el empleo público con los ojos inyectados en sangre. Aquí es que vamos por los 370.000 trabajadores en paro en el mercado privado. Aquí es que han subido los impuestos. Los de la renta y los del consumo. Aquí es que Madrid se resiste a darnos un euro más. Y entonces, repito, ¿de dónde piensan sacar el dinero?

Si es cierto que la destrucción masiva de empleo es una catástrofe -que lo es- lo de Canarias es la madre de todas las tragedias y la abuela de todas las tormentas. Con un 33% de paro -y subiendo- la cohesión social (por seguir con el argumentario de la consejera) se está yendo a freír puñetas.

Entiendo que los gobiernos no quieran mandar a los empleados públicos al paro. Lo han demostrado. (De hecho hasta el año pasado, el empleo público siguió creciendo en este país de pandereta y clientelismo político: un 8% en cuatro años, mientras se destruía un 14% de trabajos privados).

Pero eso será si el Gobierno es capaz de demostrarnos que puede conseguir el dinero necesario para pagar las nóminas dentro de sus propios recursos. Porque si de lo que se trata es de que los ciudadanos paguen aún más dinero en impuestos para sostenerles… Entonces más vale que se vayan a freír muchas puñetas.

El apocalipsis laboral de Canarias ya ha ocurrido, aunque en el Gobierno parece que no se hayan enterado y estén preocupados, como es lógico, tradicional y decepcionante, por su propio ombligo. Hace años que Canarias debía afrontar una reforma profunda y radical de sus administraciones públicas. Ni lo hizo. Ni lo hace. Y todo lo demás sólo son o palabras vanas o más impuestos.

@JLBethencourt