Una de las premisas de las sociedades democráticas es la aceptación de que toda persona tiene derechos y deberes. Esta afirmación es aún más evidente cuando nos referimos a los derechos de los niños y niñas. Cualquier persona (en su sano juicio) rechazaría o denunciaría una situación en la que se vulneren los derechos y libertades de los menores. El derecho a la vida, la salud o la escolarización son compartidos por la mayoría de las sociedades. Los cambios sociológicos que se están produciendo globalmente conllevan a reflexionar sobre los nuevos retos y necesidades de las sociedades actuales.
Los avances científicos y las innovaciones tecnológicas han supuesto un gran cambio en las formas de acceder a la información y a la tecnología. Las TIC suponen una gran oportunidad para los niños y los adolescentes. El uso de estas herramientas de forma adecuada y segura conlleva beneficios para su desarrollo personal y académico. El uso de Internet como espacio de información, comunicación e interacción es un derecho que debe estar al alcance de todos los niños. Además, deben desarrollar competencias digitales e informacionales que serán totalmente necesarias para su vida personal y profesional. Lógicamente, para garantizar los ciberderechos es necesario ofrecer espacios seguros para los niños en los que la educación promueva la desaparición de contenidos nocivos, acosos entre niños o por parte de adultos, publicidad engañosa, estafas, fraudes, etc.
Estas situaciones son aún más complejas si tenemos en cuenta los vacíos legales existentes o la falta de experiencia de los adultos, que apenas tienen conocimientos sobre esta realidad. Los medios de comunicación nos alertan, cada vez más a menudo, sobre los peligros a los que están expuestos los menores en Internet. No creo que se trate de crear una alarma social, pero sí de promover el debate y la reflexión, con la intención de buscar las mejores soluciones. Como adultos tenemos la responsabilidad de orientar, guiar y educar a los niños en el uso responsable de Internet. Si queremos respetar los ciberderechos o los e-derechos (Unicef) de los niños será necesario ofrecer respuestas legales y educativas que garanticen a los niños la participación, la expresión libre, compartir sus puntos de vista con otros, jugar, crear y divertirse. Teniendo en cuenta que nos encontramos ante nuevos escenario de comunicación, la Red.
Elena Fariña Vargas es DIRECTORA DEL ÁREA PEDAGÓGICA DE FIZZIKID