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La defensa de Bretón reitera que los restos óseos “harán falta” en el juicio

EUROPA PRESS | Córdoba

El abogado de José Bretón, el padre que supuestamente asesinó a sus hijos, Ruth y José, el 8 de octubre de 2011 en la capital cordobesa, ha reiterado que los restos óseos hallados en la hoguera de la finca de Las Quemadillas le van a “hacer falta” en el juicio, como parte de su línea de defensa, tras no hallarse el ADN de los pequeños en los restos.

En declaraciones a Europa Press, el letrado José María Sánchez de Puerta ha destacado que tras realizarse las numerosas pruebas en el Instituto de Ciencias Forenses de la Universidad de Santiago, la conclusión del informe, que ya le ha llegado al juez instructor del caso, José Luis Rodríguez Lainz, es que “no se puede sacar ADN por el deterioro tan grande que tienen los huesos examinados”.

Asimismo, ha recordado que “los restos no se pueden entregar” a la familia materna como pide para enterrarlos, porque “son una prueba”, a lo que agrega que “no es nada personal mío ni que quiera hurgar en la herida, ni hacerle daño a la familia materna”, y es que, “en el momento del juicio me van a hacer falta”, como apostilla.

Al respecto, el juez Rodríguez Lainz dictó una providencia por la que pedía al Instituto Nacional de Toxicología y a la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) que entregaran en su juzgado los restos óseos hallados en la hoguera de la finca de Las Quemadillas y que han sido analizados por los forenses y técnicos del ente científico estas semanas atrás.

En este sentido, el abogado de la defensa asegura que los restos permanecerán en las dependencias judiciales cordobesas hasta la celebración del juicio, porque “procesalmente no se pueden” entregar a la familia materna de los niños, como reclama, pues, “son una prueba de cargo, que le puede servir a cualquiera de las partes y por tanto tienen que estar en el juzgado”.

MANTENER LA “DEBIDA CUSTODIA”

En concreto, el magistrado Rodríguez Lainz hace dos apreciaciones en su providencia. Por un lado, estima que la devolución de los huesos, que varios informes periciales han determinado que pertenecen a niños de seis y dos años, se hace con el objetivo de mantener su “debida custodia a los efectos de la presente causa”. Y también solicita al Instituto Nacional de Toxicología que adopte las medidas oportunas para evitar el posible deterioro de los restos en su transporte, ya de por sí estropeados por su estado de calcinación –pudieron ser quemados a temperaturas de 800 grados–.

Mientras, el Instituto de Ciencias Forenses de Santiago de Compostela dispuso de dos piezas dentales y una raíz para intentar hallar ADN que pudiera ratificar científicamente la identidad de estos vestigios, pero como ya avanzó el forense Ángel Carracedo, es “imposible” dar con la clave genética de los mismos.