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Enrique Echeburúa: “El 5% de las personas son adictas a Internet”

EUROPA PRESS |La Laguna

El catedrático de la Universidad del País Vasco, Enrique Echeburúa, ha inaugurado este miércoles el simposio ‘Adicciones 2012′ advirtiendo de los riesgos de que Internet se convierta en una adicción.

No obstante, ha recalcado que no conviene “psicopatologizar” las nuevas tecnologías, puesto que son positivas y facilitan mucho la capacidad de información y de desarrollo. Así, solamente un 5 por ciento de la población hace un uso excesivo o adictivo. “Es una tasa de prevalencia alta, pero quiere decir que el 95 por ciento hace un uso adecuado de la red”, ha comentado.

Las redes sociales se han popularizado porque, además de factores recreativos, permiten una mayor visibilidad social, pues facilitan adquirir una identidad ante el grupo e incluso volcar las propias emociones.

“Antes estaba la costumbre de escribir un diario para recoger los pensamientos íntimos, y ahora se hace en las redes porque propician una desinhibición ausente en las relaciones sociales cara a cara”, ha indicado.

A Echeburúa le preocupa especialmente la confusión que las redes pueden ocasionar entre las esferas de lo público, lo privado y lo íntimo, tres planos que los adultos equilibrados delimitan claramente, pero que los adolescentes y personas inmaduras mezclan.

IDENTIDAD FICTICIA

“Es algo generalizado en las redes sociales, donde se comentan cosas que a lo mejor no deberían comentar, y se amplifica si lo hace alguien con componentes narcisistas”. Otro riesgo es la posibilidad de crear una identidad ficticia: “En las redes sociales se miente mucho”, ha sentenciado.

El ponente quiso encuadrar el problema en el marco general de las adicciones, para lo cual ha recordado que ciertas conductas cotidianas pueden ser potencialmente adictivas, sobre todo las que son placenteras: sexo, comida, juego, comparas, móvil o Internet.

Echeburúa ha explicado que una conducta se vuelve peligrosa cuando se pierde control sobre ella. En el caso de la red, un ejemplo sería aquella persona que está conectada más tiempo del que tenía previsto e incluso le resta horas al sueño para poder seguir en línea.

Otro indicador del peligro se produce cuando existe una dependencia psicológica a la conducta adictiva, es decir, cuando una persona que no está navegando por la red piensa en llegar a casa para poder hacerlo, se pierde el interés por otras actividades que antes resultaban gratificantes y, en general, se produce una interferencia grave en la vida cotidiana.

Hay casos, incluso, en los que la adicción a Internet está relacionada con otros trastornos: depresión, fobia social, consumo de drogas o trastorno de personalidad. Echeburúa también advierte de que hay que distinguir al adicto “a” Internet del adicto “en” Internet, es decir, quien utiliza la tecnología de manera instrumental para dar salida a una pulsión concreta.

FACTORES DE RIESGO

Al ser un problema reciente, aún no existen suficientes estudios clínicos que permitan establecer unos factores de riesgo, si bien Echeburúa ha hablado de algunos rasgos psicológicos de predisposición que son específicos a varias adicciones: búsqueda de sensaciones; impulsividad; autoestima baja; introversión alta; un afrontamiento de los problemas inadecuado que conduzca al escapismo mediante la bebida, las drogas o la red; y factores de vulnerabilidad emocional, como un estado de ánimo disfórico, carencia o pérdida de afecto, cohesión familiar débil, o pobreza de relaciones sociales reales.

Tampoco hay todavía un tratamiento psicológico validado para esta adicción. Para ciertas adicciones, como la ludopatía, las drogas o el alcohol, Echeburúa se posiciona entre los defensores del tratamiento basado en la abstinencia.

Sin embargo, para problemas como la adicción a Internet, al sexo o los trastornos alimentarios, prefiere abogar por un enfoque que propicie un consumo controlado, puesto que es imposible buscar la abstinencia total.

El ponente ha señalado algunos signos que pueden alertar sobre una posible adicción: mayor irritabilidad, aislamiento social, malas notas, trastornos de sueño, o reducción de actividades de ocio.

[apunte]CONECTARSE EN COMPAÑÍA

Como factores de prevención, aconsejó limitar el tiempo de conexión, conectarse en compañía, revisar los contenidos consultados, mejorar la autoestima y propiciar las relaciones en la vida real.

“No podemos demonizar las redes sociales e Internet, pero hay que tener cuidado con su interferencia en algunas personas. Aún hay muchas dudas e incertidumbres, porque no es lo mismo que otras adicciones como las drogas. Es un campo nuevo con pocos textos en español y sin estudios controlados, si bien comienza a ser emergente porque ya hay demandas de atención por parte de familiares”, ha concluido.[/apunte]
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