cambiat>

¿Eres pesimista?

Por Leocadio Martín

“La felicidad es el estado natural de la mente. No es algo que perseguimos, es algo que permitimos” (Allan Wallace)

Todos queremos tener éxito y conseguir nuestros sueños. Pero en la mayoría de las ocasiones, no tenemos un plan realista para hacerlo. Somos optimistas por naturaleza. La vida es mejor cuando creemos que seremos capaces de conseguir aquello que nos proponemos. Desafortunadamente, en ocasiones, un excesivo optimismo nos puede conducir a predicciones poco realistas acerca de nuestra habilidad para completar una tarea o solucionar un problema, especialmente si no tenemos los conocimientos o capacidades para hacerlo. Esto es el Sesgo Optimista y puede ser un problema para nosotros y para aquellos que confíen en nuestras habilidades no contrastadas.

Las buenas noticias son que esto se puede solucionar, ¡si queremos! La investigación sugiere que el sesgo optimista puede mitigarse simplemente complicando las cosas. Y la forma más simple de hacerlo es incrementando el número de pasos que suponemos necesitar entre el comienzo y finalización de esta tarea que nos planteamos.

En un reciente estudio realizado en la Universidad de Nueva Orleans, se solicitó a parejas recién comprometidas que describiesen cómo completar un plan de boda (invitados, menús, música…). Podían hacerlo en dos o cinco pasos, y luego debían hacer una estimación de la fecha en que completarían la tarea. Diez días después de la fecha que habían programado, los experimentadores se pusieron en contacto con los novios para preguntarles la fecha real en que habían concluido con su planificación. Resultó que aquellos que habían programado cinco etapas fueron bastante más precisos con la fecha que los que solo programaron dos.

Los autores concluyen que “planear dificultades ayudó a disminuir el sesgo optimista. Las personas que programaron cinco etapas terminaron antes de la fecha programada mientras que los optimistas lo hicieron bastante después de sus estimaciones”.

¿Significa esto que es cierto aquello de “piensa mal y acertarás”? No exactamente. Lo que puede concluirse de este estudio es que una programación más detallada provoca que tengamos que considerar más aspectos de nuestro plan que se nos escaparían si lo hacíamos al “tuntún”. Esto disminuye el optimismo “no realista” y nos hace conscientes de la necesidad de preparar determinadas circunstancias que no considerábamos previamente. Si no somos capaces de planear cinco etapas para la consecución de nuestro objetivo, ¡mejor pedir ayuda!

Esto resulta aplicable a muchas situaciones cotidianas. Desde pedir información detallada del solicitante de un préstamo sobre cómo va a devolverlo, hasta ser mucho más precisos con nuestro plan para bajar de peso o preparar la San Silvestre.

No puedes esperar terminar una carrera si ni siquiera caminas para ir a buscar el pan. La experiencia de hacerlo sin seguir un plan de entrenamiento puede convertir un esperado rato de diversión en un auténtico calvario. La experiencia de la que careces te caerá de golpe encima y será muy frustrante. Sigue un plan adaptado a tu tiempo y condiciones físicas y conseguirás lo que te propongas.

Tu habilidad progresará poco a poco y pronto conseguirás resultados. Puedes tomarte tiempo, pero estarás cimentando tus planes de una forma realista, que te permitirá conseguirlos y disfrutar de tu proyecto.

Ir paso a paso, siguiendo un plan proporciona dos importantes beneficios: una sensación de avance y pericia que te dará confianza. Y en segundo lugar, reducirá tu incertidumbre, lo que aumentará tu capacidad de concentrarte en el próximo escalón hacia tu objetivo.
Te centras en lo que es relevante, con más energía y, de forma consciente y plena, vas creando un patrón de éxito regular que te permite disfrutar de todo el proceso.
Tener un plan realista te permite cambiar lo probable por posible.

leocadiomartin.com
Facebook
@LeocadioMartin
Fotografía cedida por @madi_ramos