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La estrategia sindical – Por María Fresno

Estoy de acuerdo con mi director (tal y como escribió el otro día) en que el pasado 14N hubo quien estaba de acuerdo con la huelga general y fue a la huelga, quien no lo estaba y acudió a su puesto de trabajo como todos los días, e incluso quien, compartiendo el leitmotiv del paro, no lo secundó para no hacerle el juego a los convocantes, o sea, a los sindicatos. Y aquí es donde me quiero detener. Estoy convencida de que todo el mundo, en mayor o menor medida, con mayor o menor sentido de la motivación, está en contra de la crisis y, sobre todo, de sus responsables; los bancos que, durante todo este tiempo, han actuado como auténticos especuladores; los ayuntamientos que gastaron en exceso; y los políticos, que lejos de sacarnos de esta, parece que nos meten más en el agujero de la desesperación y del desempleo. Y en un momento como este es cuando los sindicatos son más necesarios que nunca. Sin embargo, estamos asistiendo a una época en la que los trabajadores y los parados no sienten una unión sindical real. Su vinculación política, en algunas ocasiones por encima de la defensa de los trabajadores, no gusta. Y la prueba es la respuesta social de la última huelga general.

Miles de personas salieron a la calle. El 68% de los canarios, concretamente. Una cifra importante, pero que, comparándola con la situación por la que atraviesan las Islas, debería haber sido muy superior. Con unos servicios públicos al mínimo, una tasa de paro del 33%, y sin un euro en el bolsillo para ahorrar, la calle debió ser un hervidero. En cambio, no lo fue. La postura adoptada en esta crisis por los sindicatos, insisto muchas veces, alejada de la realidad social y más cercana a posiciones políticas, les está separando de la calle y, por ello, deberían cambiar de estrategia. La huelga del pasado 14N era por los recortes y por la crisis, sin embargo, en el ambiente, se olía a una huelga contra el PP. El 14 de noviembre hubo mucha gente que no estaba dispuesta a seguir a los sindicatos y entregar voluntariamente parte de su salario a sabiendas de que, al día siguiente, todo seguiría igual. La mayoría optó por trabajar y después asistir a la manifestación, con lo que se perdió el sentido de lo que es una huelga general. Pero lo que sí ocurrió el pasado 14 de noviembre, y de lo que tenemos que sentirnos orgullosos, es de la responsabilidad de las miles de personas que, al menos en Canarias, ejercieron su derecho a ir a la huelga, y a no ir, de forma responsable y pacífica, respetando todos los puntos de vista. Felicidades.

@MariaFresno72 | mfresno.blogspot.com.es