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Felicidad – Por José David Santos

Se acerca la Navidad, el 1 de enero, y todos vivimos con la esperanza de que el año 2013 sea mejor que el 2012, pero nada, y mira que uno busca en periódicos, digitales, televisiones, radios y hasta videntes, hace presagiar que el planeta empiece a girar de otra manera, y mucho menos España, y aún menos Canarias. Los buenos deseos teñidos de brotes verdes, como dicen los aficionados a la metáfora que pululan en ministerios y juntas de accionistas, no serán motivo de ningún villancico en las que se presagian sean una de las fiestas navideñas más duras de los últimos años. Poco espacio hay para el optimismo, sobre todo, cuando se anuncian más recortes (no hay nada como afrontar el turrón con los datos del presupuesto canario o estatal para el próximo año) y, sobre todo, cuando se palpa tanta tristeza y pesimismo en las calles. Mires donde mires a todo el mundo le va mal, todos venden menos, tienen más deudas, no llegan a fin de mes, no encuentran trabajo o el que tienen es precario… Y como ogros nos regodeamos en el fango de la desesperanza. Y nuestros políticos no ayudan; es más, parece que les gusta tirar más mierda a la ciénaga… y los periodistas no nos quedamos atrás.

Siempre se dijo que una mala noticia es más noticia que una buena. Y en esas andamos aún, pero, y lo digo con la mayor de las autocríticas, estamos poniendo más clavos al ataúd en el que se nos está enterrando a todos. Quizá es hora de destacar a los que luchan, salen adelante y persisten en el objetivo que, en el fondo, perseguimos todos: ser feliz. Igual ese sea uno de los grandes problemas de la crisis: nos hemos olvidado de que el fin último es ser felices. Siempre defiendo que el primer paso para andar lo tiene que dar uno mismo, no que te empujen. Ahora toca. Toca despreciar a los agoreros del desastre y no esperar a que los brotes verdes surjan en las rendijas del asfalto, sino de cultivarlos nosotros mismos. Igual, le damos una lección a más de uno..

@DavidSantos74