a toda máquina - Román Delgado

Formas de quitar el apetito – Román Delgado

Este martes hubo algo que me quitó el apetito, que me dejó sin probar bocado hasta ahora mismo, justo en el momento en que dejé de escribir esta pequeña y ácida nota. Sé que lo de dar por hecho que ya realicé algo; o sea, que estuve en el futuro aún estando en el presente, no está bien visto, pero, por si no lo saben, la literatura tiene estas cosas: es así de bondadosa, es un estómago agradecido.

El martes, y ahora sí estoy en el pasado reciente, lo que me quitó el apetito fue la declaración solemne del concejal santacrucero de IU-XTF, José Manuel Corrales, sobre cómo él iba a ser solidario con la señora Omaña, una persona a la que Bankia sigue fastidiando, seguro que con demasiada crudeza, tras quitarle la casa que no pagaba por medio de un desahucio (sé, querido Mario, que lo correcto es decir desalojo, como reza el derecho). Vamos, que ya la dejaron en la calle, sin vivienda, y que ahora la tienen engrilletada pagando el resto del crédito hipotecario, imagino que tras descontarle lo obtenido tras la subasta del inmueble. Hablando claro, feo y pronto: le han gastado una buena putada.

Pues esa tremenda putada, que en esta España sucia se suma a miles y miles de otras equivalentes, parece que Corrales entiende que contribuye a solucionarla poniéndose él también en huelga de hambre, como ya está Omaña y alguno más. Sé, porque vi a Corrales en la calle el martes, que solo tiene tripita, así que no entiendo el porqué de tal urgencia, cuando quizás sea más útil para la señora Omaña y su tropa de iguales que lea papeles, presente iniciativas, estudie y proponga soluciones digeribles por la justicia. Y claro que estudiar a veces engorda… Pero él solo tiene tripita.

@gromandelgadog