entre nosotros>

-Mas> Por Juan Henríquez

Hace unos cuantos meses, exactamente el 11 de septiembre, el pueblo catalán salió masivamente a la calle para celebrar el Día Nacional de Cataluña, conocida popularmente por la Diada. Al parecer, unos señores, muy inteligentes ellos, encabezados por el presidente catalán Artur Mas, llegaron a la conclusión de que en aquella desbordante manifestación estaba la máxima expresión popular defendiendo la soberanía de Cataluña.

Inmediatamente, pensando en obtener una buena tajada de votos, convocaron elecciones anticipadas, para, según CiU y su candidato Mas, obtener una mayoría absoluta con el fin de cumplir el objetivo de la soberanía catalana. Dicho y hecho, el pasado domingo los catalanes acudieron a las urnas rompiendo todas las previsiones de participación.

La primera cuestión es plantearse en base a qué datos los próceres de CiU llegaron a la conclusión de que en aquella masiva manifestación de la Diada, la inmensa mayoría eran independentistas, y no se pararon a pensar que allí los que estaban era el pueblo catalán indignado, y hasta los cojones, de la nefasta gestión de la derechona caciquil representada por CiU y Artur Mas. Y a los resultados electorales me remito. No solo la propuesta ha sido rechazada en las urnas, sino que los votos que supuestamente deberían ir a CiU, los capitalizó ERC, que representa el verdadero sentimiento independentista y soberanista de los catalanes. Y conste que un servidor defiende sin paliativos el derecho de autodeterminación de los pueblos.

No quiero acabar sin dedicarle el último párrafo al PSOE. Porque los resultados adversos, y de ninguna manera se puede hablar de resultado “más que digno”, porque estamos ante un espectacular y progresivo deterioro, no en exclusiva del partido socialista catalán, sino del PSOE, cuya actual dirección, con Rubalcaba al frente de la Secretaría General, están en el ostracismo de la política española, enterrando al partido en la fosa de la indiferencia popular. ¡Despiértense carajo!