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Olvidado el plante – Por Francisco Pomares

Supongo que algunos recordarán todavía que el Gobierno de Canarias decidió retrasar hace unas semanas la presentación de sus propios presupuestos para presionar al de la nación a modificar los suyos. El resultado de todo aquello fue bastante nimio, poca cosa: apenas una foto del presidente Rivero, mal encarado como suele, con todos los consejeros un palmo detrás, con la misma cara de entierro.

Olvidado ya el plante -¡fue bonito mientras duró!-, el Gobierno regional ha presentado por fin su proyecto, que deberá ahora ser discutido a todo prisa en el Parlamento regional. De un primer vistazo al best seller monotema este de los recortes, se desprende que -de momento- asistencia sanitaria y salud pública son las únicas áreas que se han librado del tijeretazo. O eso es lo que dice el Gobierno, porque, si les preguntas a los sanitarios, caen chuzos de punta. La cantidad de participantes en las marchas blancas convocadas por la sanidad pública estos últimos días vendrían a demostrar que no todo lo que nos cuenta el Gobierno es creído a pies juntillas por los afectados. Y si eso es así en Sanidad, que se salva por los pelos con un recortito de nada… ¿Cómo anda la cosa en Educación y Empleo? Pues francamente (con perdón) muy mal.

Educación sufre un hachazo de 130 millones de euros, lo que supone recortar el 8,2 por ciento de lo que tenía este año. Empleo y Formación Profesional pierden casi 140 millones, con un recorte que se acerca a la mitad de su presupuesto en 2012. Del recorte total de 450 millones en estos presupuestos, casi las dos terceras partes se concentran en Educación y Empleo. Lo único que sube -el 26,5%- es el gasto financiero. Cada vez pagamos más por el dinero que no tenemos.

Después de tomarse unas semanas para digerir el plante y presentar las cuentas, uno esperaba algún arte de birlibirloque, alguna fórmula de Fierabrás. Pero lo único que nos ofrece González Ortiz son las falsas garantías de siempre, las mismas con las que nos tiene entretenidos desde hace un año: el Gobierno se compromete a no cerrar los hospitales y a que sigan siendo de titularidad pública, a aumentar el número de plazas públicas educativas, a sostener la política de becas y a incrementar las partidas para comedores y desayunos escolares.

Y uno se pregunta cómo va a hacer el Gobierno todo eso disponiendo de menos recursos cada año. Porque con echarle la culpa al Gobierno de Rajoy -la tenga o no la tenga- no se va a resolver. Y, por desgracia, echarle la culpa a otros es lo único que en este Gobierno nuestro saben hacer muy bien.