Antes de que comenzara la crisis y esta colonizara todas nuestras conversaciones, los estudiantes querían ir a las universidades a aprender. Muchos se enfadaban cuando trabajo y estudios aparecían demasiado vinculados. Creían que las universidades debían luchar para no convertirse en simples factorías de egresados en serie. Tenían razón.
Cuando el plan Bolonia aterrizó en las universidades españolas este discurso cambió y la mercantilización de la educación no tardó en convertirse en consigna. Miles de chicos se armaron con pancartas y salieron a las calles a luchar por sus universidades. Estaban convencidos de que la convergencia europea deterioraría la enseñanza. No nos dio tiempo de saber si tenían razón en todo o solo en parte. La crisis llegó, el debate se transformó y Bolonia volvió a ser solo una ciudad italiana. A los estudiantes no les quedó más remedio que seguir tomando sus calles. Los recortes amenazaban con volver a convertir la educación en un recurso elitista. También esta vez tenían razón. El problema fue que algunos no se conformaron solo con luchar por un acceso justo al conocimiento. Querían que todo el mundo pudiera pagarse una carrera, pero había algo que les inquietaba mucho: tener un empleo cuando dejaran la universidad.
Los estudiantes de Periodismo de la Universidad de La Laguna están en esa situación. Desde 2007 miles de profesionales han sido despedidos en España. Algunos medios han cerrado y otros han decidido sacar el producto con cuatro gatos.
Con un horizonte tan complicado, quieren que se les garantice, en la medida de lo posible, el puesto de trabajo. Y creen que la mejor forma de hacerlo es que las empresas del sector se comprometan, es decir, que los medios solo contraten a aquellos que lleven el título debajo del brazo.
Sus exigencias me han hecho recordar algo que ha dicho en más de una ocasión Soledad Gallego: “El periodismo se convirtió en carrera universitaria porque teníamos complejo de no ser universitarios. ¿Conviene que los periodistas sepan sociología? Estupendo. ¿Conviene que los periodistas sepan tocar el piano? Fantástico. Todo lo que sea añadir conocimientos me parece muy bien, pero no existen materias específicas de periodismo”.
Ahora, mientras el mundo se derrumba, mi opinión es que esta vez los estudiantes no tienen razón y, además, este no es el debate que toca ahora.