Por todos los Santos> Por Juan Pedro Rivero*

Entiendo que digas que lo de hoy es “de mal gusto”. Hemos sido culturalmente invadidos. Y es difícil emprender una lucha que nos libere del desembarco cultural del Halloween. Tal vez no sea necesario luchar contra lo inevitable.

Traducirlo por “vísperas de todos los santos” o por “noche de los muertos” o “… de las brujas”, es lo de menos. De cualquier forma nos recuerda, al menos una vez al año, que la muerte es muerte y que, lo queramos o no, lo aceptemos o no, tarde o temprano, todos vamos a morir.

La muerte es esa parte oscura de nuestra vida.

Esa realidad inevitable de la que, si hablamos, es en formato chiste o en modo virtual.

Muchos prefieren calificar este tipo de conversaciones como “de mal gusto”. Si lo único que conforma lo real es el peso y el volumen de la materia que nos circunda y de la que formamos parte, la muerte es el final. El “fin de fiesta”, si nos ha ido bien; el “alivio” si nos ha pintado mal. Cierto es que nos disgusta que mueran aquellos que han vivido a nuestro lado, y nos genera no poca incertidumbre pensar la muerte en primera persona.

Vamos a abrir una hipótesis: ¿Y si no fuese el final? ¿Y si fuese el comienzo de una vida verdadera? ¿Y si fuera cierta la promesa de una vida eterna? ¿Y si hubiera un cielo y un infierno? ¿Y si los familiares y amigos que han muerto estuvieran vivos? ¿Y si las palabras de Jesús, el profeta de Galilea, fueran verdad? ¿Y si fuese cierto el testimonio de quienes le experimentaron resucitado? ¿Y si la resurrección es nuestro verdadero destino?

¿Y si no fuera una hipótesis?

*DIRECTOR DEL ISTIC
@juanpedrorivero