DAVID SANZ | Santa Cruz de La Palma

Como en la antigüedad, el velero de nacionalidad holandesa Tres hombres, partió del puerto de Santa Cruz de La Palma el pasado lunes, con un cargamento de ron puro de caña del que elabora la Destiladera Aldea, en San Andrés y Sauces. Tres barricas de este preciado licor, junto con otros productos de factura artesanal y de gran calidad que han ido cosechando en la travesía, son las mercancías que transporta este bergantín, que va ahora rumbo a Cabo Verde para después cruzar el Atlántico y hacer la ruta del Caribe.

Se trata de un barco que navega exclusivamente impulsado por el viento, sin llevar ni siquiera un motor auxiliar, con el fin de practicar el transporte de mercancías de manera totalmente ecológica, durante la travesía que dura ocho meses. Es una forma de potenciar también el llamado comercio justo, dado que no transportan mercancías que no tengan esta garantía.

De hecho, la vocación solidaria de esta embarcación quedó patente la otra vez que estuvo en La Palma, dentro de una misión humanitaria, para transportar víveres a Haití, después de que sufriera el devastador terremoto que dejó al país sumido en la más absoluta pobreza.

José Manuel Quevedo, responsable de Ron Aldea, explicó que el destino de estos 675 litros de ron es Holanda. Allí, los propietarios de esta embarcación tienen previsto etiquetar con su marca comercial, Tres hombres, este producto para introducirlo en el mercado holandés. Al igual que pasa con el ron, tienen otros productos como un chocolate que elaboran con cacao que traen de América.

El barco, que es propiedad de tres expertos en navegación, también acoge a personas que están interesadas en vivir una experiencia en el mar de estas características o a jóvenes que han estudiado Náutica y quieren formarse en el arte de navegación tradicional. De alguna manera, cumple también la función de buque escuela, aunque el objetivo principal es el del transporte de mercancías.

Tres hombres navega desde el año 2009 y tiene una capacidad de 35 toneladas para transportar mercancía. Además dispone de alojamiento para diez tripulantes, junto a cinco alumnos o aprendices. Con una longitud de casi 120 pies, tiene capacidad para navegar a más de once nudos en el mar.

Transporte limpio y comercio justo son las dos claves de este proyecto que realiza estas rutas de manera sostenible, poniendo en evidencia la capacidad de realizar un transporte ecológico.

En este sistema ha entrado Ron Aldea, que ha ido sabiendo colocar, poco a poco, su producto fuera de las Islas.