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Sacrifican las cabras afectadas por la fiebre Q en Tafuriaste

CABRAS BARRANCO TAFURIASTE MPP
En el barranco se tienen registradas aproximadamente unas 300 cabezas de ganado. / MOISÉS PÉREZ

GABRIELA GULESSERIAN | La Orotava

Las cabras que se encontraban en el barranco de Tafuriaste, en La Orotava, y que, según los análisis encargados por la Dirección General de Ganadería del Gobierno de Canarias determinaron que estaban afectadas por fiebre Q, fueron recientemente sacrificadas en el Matadero insular. La misma suerte corrieron las de Antonio Dóniz Melchor, el cabrero fallecido hace unas semanas, a petición de sus familiares, debido a que no podían hacerse cargo de los animales.

Así lo confirmaron a este periódico el consejero insular de Agricultura, José Joaquín Bethencourt; la concejal de Sanidad de la Villa, Yurena Luis, y fuentes de la Consejería de Agricultura y Ganadería del Ejecutivo autónomo, quienes precisaron que en total fueron más de 150 los animales que fallecieron. Además, añadieron que se prepara toda la documentación para reubicar en los próximos días al resto de ganado caprino que se encuentra en el barranco, en algunos casos, a terrenos particulares de los propios ganaderos.

De esta manera, Bethencourt estimó que en dos semanas, el problema generado hace más de un mes al contagiarse una persona por esta enfermedad, “estará solucionado de forma definitiva”.

El consejero quiso resaltar que desde el Cabildo de Tenerife se realizó “un esfuerzo importante” para sacrificar a los animales “imprescindibles” e intentar salvar a aquellos que se podía. Entre otras cosas, porque consideró que la Cabra de Tenerife Norte “es una raza que hay que conservar” en su “clara apuesta de mantener la biodiversidad”.

Los vecinos de las urbanizaciones Corina, Tafuriaste, Las Viñas, San Miguel, Las Candias, La Playita y el barrio de San Antonio, fueron los que dieron la voz de alarma dado que desde hace 15 años sufren el problema de las cabras en el barranco y que durante todo este tiempo se han sentido “toreados” por todas las administraciones ya que ninguna ha querido asumir su responsabilidad de este asunto.

A partir de ese momento, las administraciones citadas acordaron llevar a todos los animales que habitaban en el barranco, unos 300, a una finca ubicada en las medianías, de propiedad insular, y se decidió el desmantelamiento de las cabrerizas y la limpieza y desinfección de toda la zona. Asimismo, el grupo de gobierno de La Orotava decidió darle un plazo máximo de 72 horas a los cabreros para retirar el ganado.

Sin embargo, esta determinación no pudo llevarse a cabo debido al trágico fallecimiento de unos de los cabreros que tenía los animales en ese lugar.