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Siempre precios bajos (y II) – Por Francisco Rodríguez Serrano

La semana pasada comentaba que los destinos tienen siempre un hotel de referencia que marca no solo la tendencia en los precios sino también la calidad del servicio. Lo vimos a principios de los años 90 con el hotel Bahía del Duque. En Santa Cruz se ha tenido al hotel Mencey como una referencia, igual que lo son el hotel Botánico y el hotel Tigaiga, en el Puerto de la Cruz.

Escuchando hace días al director del hotel Mencey, con motivo del primer año de la reapertura, me sorprendió que saben que están vendiendo sus habitaciones a un precio muy bajo en relación con el servicio que dan, y lo hacían para volver a posicionar el hotel dentro del destino Santa Cruz. Esa política de vender más bajo ha perjudicado considerablemente al resto de hoteles de la ciudad, obligándolos a bajar tanto sus tarifas que llegan a entrar en pérdidas.

Esto mismo pasa en destinos tan maduros como el de Puerto de la Cruz, donde la presión de los turoperadores a rebajar los precios en los establecimientos genera una espiral de deterioro en la operación de los alojamientos que provoca que el servicio que antes distinguía a muchos hoteles sea imposible darlo en la actualidad.

Los hoteles son muy libres de poner los precios que deseen, en busca de captar una mayor ocupación, pero hay que tener en cuenta que un precio bajo a la larga genera un deterioro importante del destino y un empobrecimiento del propio establecimiento. Cada vez más se intentan ajustar los costes, pero llega un momento en que el ajuste debe hacerse con un incremento de las ventas, porque si no, no hay futuro. Más o menos le pasa al Gobierno.

*COFUNDADOR DE ROOM PROJECT | @pacorguezs