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Sigan ganando – Por Óscar Herrera

Me pregunto cuál será nuestra reacción cuando dejemos de estar invictos. Me cuestiono -tal vez por el aburrimiento de ver al CD Tenerife ganar casi cada semana- si seremos capaces de sobrellevar, con el mismo buen rollito de ahora, el momento de digerir la primera derrota y haya que criticar algo. Puede que hasta hayamos perdido práctica en eso de criticar. Es por eso que me permito sugerir a los jugadores del Tenerife que sigan ganando, o que empaten algún partido pero que no pierdan, para evitar tener que volver a buscar algún defecto en el idílico paisaje blanquiazul que estamos contemplando.

Es por eso que me planteo una serie de preguntas para anteponerme a los hechos, por si se llegan a producir y nos pille despistados la primera derrota: ¿Cuándo pierda el Tenerife dudaremos? ¿Cuándo pierda el Tenerife criticaremos? ¿Cuándo pierda el Tenerife se romperá la noche y se perderá el feeling? Porque el Tenerife perderá, y ese día llegará mas tarde o mas pronto, pero llegará. Debemos ir entrenándonos para saber asimilarlo y no dejarnos llevar por la sorpresa de que el Coruxo o el Alcalá de turno nos bajen de la nube. Este Tenerife no es invencible. Es un muy buen equipo, con muy buenos jugadores y un excelente entrenador, pero no es indestructible.

Ahora mismo el escudo protector del conjunto blanquiazul es muy difícil de sobrepasar por los oponentes, pero también lo era la capa de ozono hasta que elementos endógenos propiciaron una fisura que acabó por hacerla frágil como papel celofán. En el CD Tenerife no se divisan problemas internos que rompan la armonía. Ni siquiera los hipotéticos y no deseados conflictos económicos que podrían quebrar la estabilidad de un vestuario unido y comprometido. Pero luego están los inconvenientes exógenos. Esos que tú no puedes controlar y que hacen que yerres cuando lo tienes todo bajo control; esos que te generan un arbitraje calamitoso o un golpe de mala fortuna. O, simplemente, un mal día que todos tenemos de cuando en cuando. Para ese día hay que estar preparado. Porque como se suele decir: cuando más tiempo estés sin perder, más cerca está de llegar esa primera derrota. Así que, mientras llega ese momento, carpe diem y sigamos bailando.