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El baúl negro – Por Arun Chulani

Tan solo quedan dos días para que termine este año 2012 que guarda en un baúl recuerdos con matices negros y ásperos. Y recordando un poco, qué asco…

El primer año de gobierno de un partido poco creíble. Seis días que necesitó Rajoy para cambiar todo lo que había prometido tras haberlo metido. Homs, la ciudad en ruinas por las revueltas en Siria. La reforma que abarata dejar en la calle a la gente. Despidos por doquier. Protestas en marzo contra la reforma laboral, con sus manifestaciones masivas en España (y las que luego se dieron, obviamente). El Rey: su jueguito con los elefantes y su cadera. “Lo siento, me he equivocado”. Y a otra cosa, mariposa: alegría por ser campeones de la Eurocopa…

Felicidad poco duradera por el ajuste más duro de la democracia, con subida de IVA y, si pudiera, del abecedario completo. Luego, la nacionalización de Bankia… Impresentable. A ver si el descubrimiento de la partícula de Dios explica como el universo creó a gente sin dos dedos de frente. Y si no puede, ¡que el Curiosity se los lleve a Marte!
Verano cargado de incendios en Canarias, dejando tras de ellos daños irreparables. Calor. Recortes y más recortes. Se encuentran los restos de los niños Ruth y José, que en paz descansen. Y mejor a su padre ni lo nombro. Mejor sigo con la cultura, pobre cultura, y el arte, pobre arte. Putos recortes. Que se recorten ellos, que sobran.

A continuación, dimisión del que ve las mujeres como las leyes, José Manuel Castelao. Hugo Chávez, que sigue en el poder; Lance Armstrong, que se queda sin sus siete tours. Emigración de estudiantes por el paro descontrolado. “Rescátame, UE”, y otras formas de pedir ayuda de Rajoy por no saber hacer bien todo desde un principio. Y luego, el huracán Sandy: la naturaleza no estuvo mucho de nuestra parte…

Ciberacoso, una fiesta de Halloween con un despreciable por organizador; desahucios a tropel, un poco de igualdad con la aceptación del matrimonio homosexual por la RAE y el Tribunal Constitucional… y por último, entre tantas cosas, un mito del fin del mundo que quizás tenga fecha desconocida.

Definitivamente, estaré encantado de cerrar el baúl calcinado de este 2012 y abrir otro en 2013 para llenarlo de cosas positivas. Y sí, yo también “lo siento mucho”, don Juan Carlos, pero no buscaré nada nunca más en este baúl de recuerdos. Quédese con el de Karina, mejor…

@arunchulani