EFE | Madrid
La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a dieciocho años de prisión al hombre acusado de matar a su exesposa a puñaladas en el domicilio que ambos compartían en la localidad madrileña de Móstoles, a pesar de que estaban divorciados.
En la sentencia, a la que ha tenido acceso Efe, conforme al veredicto de culpabilidad expresado por el tribunal del jurado, la Audiencia madrileña considera a Víctor Manuel P.M., de 43 años y de nacionalidad española, autor de un delito de asesinato, con las circunstancias agravantes de parentesco y abuso de superioridad y la atenuante de confesión.
Además, el procesado deberá indemnizar a su hijo menor de edad con la cantidad de 175.000 euros y con 15.000 euros a cada uno de los padres de la víctima, Juan B.D. y Jacinta C.P.
La resolución considera probado que el 31 de mayo de 2011, sobre las 14:00 horas, en el domicilio que ambos compartían en Móstoles, el acusado, “con intención de causarle la muerte, asestó diversas puñaladas” a su exesposa, Miren B.C., utilizando tres cuchillos de cocina de 25, 23,5 y 20,5 centímetros de longitud de hoja, “causándole la muerte” y “provocándole un shock hemorrágico”.
Víctor Manuel, según la sentencia, asestó múltiples puñaladas a Miren, que le causaron “unas 38 heridas de arma blanca de diversa consideración en tórax, abdomen, cuello y extremidades, con el propósito de aumentar el sufrimiento de la víctima, consciente de que no todas ellas eran necesarias para la consecución de la muerte”.
El procesado estaba divorciado de Miren, con la que tenía un hijo menor de edad, conviviendo los tres en el mismo domicilio, situado en la calle Acebo de Móstoles.
Para cometer los hechos, el acusado utilizó en su agresión hasta tres cuchillos de cocina, “aprovechándose de que Miren se encontraba sola y no portaba objeto alguno para defenderse”, señala la sentencia.
Tras la agresión, Víctor Manuel llamó al SUMMA 112, se inculpó de la muerte de su exesposa, aportó los datos de su domicilio y requirió la presencia de una ambulancia y de la Policía.
La resolución subraya que el acusado, que se encuentra en prisión provisional por esta causa desde el mismo día de los hechos, es culpable de haber causado “de forma personal, directa e intencionada” la muerte de Miren.
El tribunal declara “no probado” que minutos antes de los hechos Miren responsabilizara a Víctor Manuel del estado en que se encontraba su ojo amoratado y comenzara una discusión, en la que Víctor Manuel acometió a Miren con hasta tres cuchillos con la finalidad de que ella no tuviera posibilidad de defenderse ni de evitar la agresión.
Asimismo, la sentencia declara “no probado” que el grave deterioro de la convivencia, la actitud despreciativa de la víctima hacia el acusado y la discusión que ambos sostuvieron el día de los hechos, provocó en el procesado “un estado pasional de arrebato u obcecación que afectó levemente a sus facultades intelectivas o volitivas”.