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Correa insulta; Kirchner tolera – Gerardo Daniel Settecase

El ataque terrorista a la Embajada de Israel en Argentina, el 17 de marzo de 1992, causó 29 muertos y 242 heridos, y el atentado a la Mutual Israelita (AMIA), el 18 de julio de 1994, otros 85 muertos y 300 heridos. Israel, EE.UU. y la Justicia argentina acusan de ambos a Irán, incluido su expresidente Rafsanjani.

De visita oficial en Argentina, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, dijo conocer el caso AMIA, pues es “muy doloroso”, pero comparó el número de muertos con los del “bombardeo de la OTAN a Libia”, y pidió ver “dónde están los verdaderos peligros”, ante preguntas por su estrecha relación con su par iraní Mahmud Ahmadineyad. Correa tuvo razón en que se mide con distinto rasero a países como Israel, Rusia, China o EE.UU. con respecto al resto del mundo. Lo que olvidó este impresentable representante de la democracia ecuatoriana es que donde ocurrieron los atentados fue en Argentina. A qué llama “pueblo hermano”.

País sin injerencia en la crisis de Medio Oriente o Libia, sin poder de decisión en la OTAN o el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que jamás participó de las repugnantes invasiones de la ONU y de la OTAN y que repudia el holocausto de Israel sobre el pueblo palestino.

Correa olvidó que quienes murieron, antes que judíos, eran argentinos. Sus “hermanos”. Ni yanquis, europeos o israelíes. En tanto, en el marco de su cobardía habitual ante sus socios del eje chavista, demostrando las diferencias con el coraje, guste o no, de Néstor, su difunto marido, la presidenta argentina guardó silencio ante este insulto.

Y eso, en ningún país del mundo, un primer mandatario se lo permite al que lo visita. Por respeto a las víctimas. Pues católicos, judíos, musulmanes o ateos, eran argentinos. Correa insultó a todos y Kirchner lo toleró.

gerardoctkc@gmail.com