ENRIQUE TOSTE | Los Realejos
Un conflicto personal entre el Reales y la Federación Canaria de Natación puede dejar el miércoles a 63 deportistas sin poder participar en las diferentes ligas regionales de waterpolo del Archipiélago.
Un comunicado, presentado a la FCN y firmado por el Metropole, el Martiánez, el Echeyde y Las Palmas, estos equipos se niegan a jugar en la piscina municipal de Los Realejos, porque “no cumple la normativa de la RFEN, la cual dice que el mínimo de altura es de 1,80 metros y el del Reales es de 1,50 metros”, convirtiéndose en “imposible” el juego en la misma.
Este conflicto, que se preveía un mal menor, ha pasado a convertirse en una guerra abierta de acusaciones. El propio Reales, en su facebook oficial, daba las gracias la pasada semana “a esos entrenadores que dicen promocionar el waterpolo para luego vivir de él, puesto que han acabado con el trabajo de un equipo”. Un problema de gran envergadura, que se le está escapando de las manos tanto a uno como a otro, puesto que la FCN está a un paso de perder al equipo que más encuentros disputa poniendo en grave peligro la competitividad de las diferentes categorías. Mientras que el Reales, que por un lado “ha cumplido con todo lo pedido por la federación canaria en lo referido a escritos, certificados y pagos” según apunta el entrenador de la entidad, “tiene muchas posibilidades de quedarse fuera de competición sin opción de maniobra al recibir el comunicado a una semana del comienzo de las ligas”, afirma el propio Francisco Javier Barroso, técnico del equipo.
Este pique viene de lejos, puesto que el enfrentamiento entre el ente regional y Orlando de Ara, presidente del Reales, lleva latente desde hace varias temporadas. En estos momentos el conjunto del norte de Tenerife se encuentra solo y al borde del abismo.
Tras 21 años jugando como local de manera interrumpida en la misma pileta “estamos a un paso de que el trabajo de mucha gente se esfume como la nada”, apunta a DIARIO DE AVISOS el primer responsable técnico del Reales, el cual acusa a aquellos que en radio y prensa escrita “se llenan la boca hablando del futuro del waterpolo en la Isla y de cómo hacer las ligas más competitivas, sin darse cuenta que realmente se están cargando nuestro deporte al acabar con una de las piscinas más prolíficas de los últimos años”.
La Federación Canaria ha instado al Reales a buscarse otra piscina que si cumpla la reglamentación como puede ser el caso de la piscina municipal de Puerto de la Cruz, ya que es la más cercana. Sin embargo, Barroso afirma que la pileta portuense “tampoco cumple la normativa RFEN, pues no supera los 26 grados mínimos así como otras piscinas de Canarias, que tampoco cumplen esta regla sobre la temperatura y en cambio allí si se podrá jugar esta temporada”.
Según Hugo Durán, responsable del área de waterpolo de la FCN en declaraciones a este periódico, “en este plazo de quince días el Reales ha realizado una serie de alegaciones que en ningún momento justifican el incumplimiento de la normativa”. Durán en este sentido es rotundo: “Es imposible jugar en esa instalación pues, como rige la normativa nacional, aquellas piscinas donde se juegue competiciones clasificatorias para Campeonatos de España deben superar los 1,80 metros”.
Una opción que ha barajado el Reales ha sido jugar con una portería de 15 centímetros mayor a la actual, sin embargo esta opción es rechazada por la federación.
Finalmente Barroso cree que tanto la FCN como los demás clubes van en contra de su equipo, ya que “una agresión intencionada de un jugador a otro reiteradas veces, una intento de agresión de dos jugadores a un colegiado o que entrenadores, directivos y jugadores de los propios clubes sean los árbitros de las competiciones que dan el billete para los Campeonatos de España no es significativo para la FCN, pero en cambio si es importante la altura de mi piscina” concluye Barroso.
Ahora toca esperar hasta este próximo miércoles y ver si finalmente el Reales podrá seguir labrando su futuro a base de sudor o si el trabajo desinteresado de entrenadores y jugadores durante años se queda en nada.
Tenga quien tenga la razón, ambas partes deben buscar una solución que logre no cortar la proyección de estos jóvenes deportistas tinerfeños dejando a un lado la disconformidades personales.